La compañía china UBTech presentó el Walker S2—un robot humanoide capaz de cambiar su propia batería sin ayuda humana—y con ello abrió la puerta a un funcionamiento continuo, potencialmente 24/7, en entornos industriales y de servicio. Este paso representa un avance hacia la autonomía total en robótica, con implicaciones sobre eficiencia, costes y control.
Autonomía que se gestiona sola
Walker S2 mide 1,62 metros y pesa unos 43 kilos, como un adulto de complexión ligera. Según UBTech, sus articulaciones tienen 20 grados de libertad, lo que le permite desplazarse con soltura y realizar tareas básicas. Lleva dos baterías de 48 voltios que le permiten caminar durante dos horas o permanecer en espera unas cuatro antes de recargarse. Cuando detecta un nivel bajo, se dirige solo a una estación de carga, intercambia la batería descargada por otra y retoma su actividad en menos de tres minutos.
Una promesa de eficiencia continua
En sectores como logística, manufactura o recepción al público, detenerse cuesta dinero. Si el robot puede seguir sin supervisión humana, se eliminan cuellos de botella y se abaratan los costes. La conectividad Wi-Fi y Bluetooth, también mencionadas por UBTech, facilita su integración en redes industriales o sistemas de control, con la posibilidad de coordinarse con otros dispositivos. (Una especie de coreografía sin humanos, marcada por algoritmos y sensores).
Módulos intercambiables y decisiones automatizadas
El sistema de energía se basa en baterías modulares que pueden sustituirse sin herramientas, según especifica la empresa. El Walker S2 decide cuándo cambiarla según el ritmo de trabajo y la disponibilidad, un sistema de gestión que también forma parte del diseño presentado oficialmente. Este enfoque recuerda a los vehículos eléctricos con baterías extraíbles, diseñados para recambios rápidos en estaciones especializadas. UBTech lo ha adaptado a un entorno robótico, pensando en operación continua y sin pausas. (Ni café, ni pausa para comer: sólo baterías y tareas encadenadas).
El robot incansable, ¿y sus riesgos?
Un robot que no necesita humanos para seguir plantea preguntas. Si algo falla en el intercambio de baterías, ¿qué protocolo se activa? La autonomía también requiere sistemas de supervisión remota o alertas automáticas. Estas inquietudes han sido señaladas por medios como Live Science y Interesting Engineering, que subrayan la necesidad de garantías de seguridad en entornos operativos. Además, la eficiencia sin pausa puede significar reemplazo de tareas humanas repetitivas, con impacto en empleos de baja cualificación. La visión es seductora, pero también exige rediseñar los roles en entornos automatizados.
China acelera, el mundo observa
Más de la mitad de las empresas que fabrican humanoides cotizados están en China, según datos recogidos por South China Morning Post. El Walker S2 forma parte de una estrategia más amplia: integrar robots en cadenas de producción conectadas a 5G y gestionadas por sistemas en la nube como UBTech BrainNet. Otras instituciones, como Columbia o Stanford, trabajan en robots reconfigurables, pero están en fase experimental. En cambio, el S2 ya camina, recarga y vuelve al trabajo sin descanso. Ya está aquí.
Una plantilla que no duerme
El Walker S2 representa un cambio en el rol de la máquina, de herramienta ejecutora a agente autónomo. Decide cuándo detenerse, cuándo volver. Estos robots podrían formar flotas que se coordinen y se mantengan activas sin pausa. Queda por ver si también podrán repararse, actualizarse y gestionarse sin humanos. Pero la dirección está clara: menos pausa, más autonomía.
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