Una pulsera con IA que escucha, transcribe y aprende de lo que dices. Bee, la startup fundada en San Francisco pasa ahora a formar parte de Amazon
No tiene pantalla. No vibra. No da la hora. Pero la nueva pulsera que Amazon acaba de comprar escucha. Se llama Bee, cuesta 50 dólares y promete ser “una inteligencia artificial verdaderamente personal”. La clave: está siempre encendida. O casi.
Lo que pasa en tu día ya no se queda en tu cabeza
Bee nació en San Francisco en 2022. Una pulsera sin adornos, con un botón para silenciarla y micrófonos que lo graban todo. Detecta conversaciones, las convierte en texto y, si tú quieres, cruza esa información con tus correos, tu calendario o tus fotos. Al final del día, te resume la jornada. Como si llevaras un diario, pero sin escribir nada.
Amazon quiere volver a empezar (otra vez)
En 2023, Amazon enterró su pulsera Halo. Demasiado parecida a un Fitbit, demasiado centrada en salud. Con Bee, el giro es otro: pasar de contar pasos a entender rutinas. El fichaje entra bajo el ala de Panos Panay, el ex de Microsoft, ahora al frente del hardware de Amazon. Y quizá sea también la chispa que Alexa necesitaba para salir del salón y meterse en el cuerpo.
Un historial personal, sin pantalla ni teclado
La idea no es nueva, pero sí más ambiciosa. Bee no te habla, te escucha. Y lo que escucha, lo recuerda. Luego lo organiza. Lo transforma en listas, en recordatorios, en búsquedas posibles. Todo desde el móvil. Todo sin necesidad de mirar nada. Como si la tecnología aprendiera a observar sin invadir.
Promesas de privacidad con historial en contra
Según la empresa, nada se guarda en audio. Solo texto. Y solo si tú lo permites. Pero el pasado reciente de Amazon pesa: hace tres años, compartió vídeos de sus cámaras Ring con la policía sin orden judicial. Hoy, esa misma compañía quiere acompañarte al trabajo, al metro y a la cena con amigos. Y promete no escuchar más de la cuenta.
A veces la IA también se confunde de escena
Las primeras pruebas entusiasman, pero también fallan. En ambientes ruidosos, la pulsera ha confundido voces reales con diálogos de películas o sonidos de fondo. Lo reporta The Verge, tras probar el dispositivo. No es nuevo. Pero cuando todo lo que se oye puede terminar escrito, el margen de error importa más. Y no siempre hay botón de deshacer.
Un cuerpo, muchas interfaces
Amazon no está sola en este camino. OpenAI trabaja en su propio dispositivo portátil con Jony Ive. Y startups como Rabbit o Humane ensayan prendas y pines con IA integrada. Bee, en cambio, juega con ventaja: cuesta poco, no requiere suscripción y solo necesita una muñeca libre. Parece poca cosa. Pero si funciona, podría ser suficiente.
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