En un avance que promete transformar la forma en que interactuamos con dispositivos electrónicos, un equipo de investigación de Reality Labs, la división científica de Meta, ha presentado un prototipo de pulsera capaz de interpretar gestos con la mano y convertirlos en comandos digitales. Publicado el 23 de julio de 2025 en Nature, este desarrollo responde a casi una década de investigación y abre la puerta a una nueva era de interfaces neuromotoras accesibles y naturales.
El accesorio, que se coloca cómodamente en la muñeca, utiliza electromiografía de superficie (sEMG) para captar las señales eléctricas que los músculos envían al cerebro para mover la mano. Luego, aplica algoritmos avanzados de aprendizaje profundo para decodificar esos impulsos sin necesidad de calibración por usuario, incluso frente a la diversidad anatómica y fisiológica entre individuos.
Durante las pruebas internas, la pulsera permitió realizar tareas básicas de navegación virtual, selección de elementos y escritura a mano alzada. Su velocidad de entrada de texto alcanzó un promedio de 20,9 palabras por minuto, frente a las 36 ppm del teclado virtual de un smartphone. Los desarrolladores también hallaron que un ajuste mínimo a cada usuario mejora el rendimiento hasta en un 30 %.
El dispositivo se conecta de forma inalámbrica, probablemente por Bluetooth, a ordenadores o gafas inteligentes. Los investigadores liderados por Patrick Kaifosh y Thomas Reardon resaltan el gran desafío técnico que supuso lograr una interfaz adecuada para miles de usuarios sin procesos invasivos ni calibración personalizada.
Meta vislumbra aplicaciones significativas en escenarios donde los métodos de interacción tradicionales (como teclados, ratones o pantallas táctiles) resultan limitantes: personas con movilidad reducida, parálisis parcial o enfermedades neurodegenerativas podrían beneficiarse especialmente. Además, este tipo de interfaz podría integrarse con futuros dispositivos de realidad aumentada, potenciando una interacción móvil basada en gestos silenciosos e intuitivos.
Más allá del dispositivo, los autores comparten un modelo de diseño que incluye recomendaciones de hardware, estándares para experimentación, requerimientos de datos y arquitecturas de aprendizaje. Esta guía pretende estimular la investigación en interfaces neuromotoras genéricas y aceleradas, con posibilidades de adopción global.
Aunque aún es un prototipo, su publicación en Nature marca un punto de inflexión. Meta abre una ventana al futuro de la interacción entre humanos y máquinas, donde los gestos naturales y discretos pueden reemplazar el teclado. En un entorno digital cada vez más portátil, con auriculares y gafas inteligentes en auge, esta pulsera ofrece una vía prometedora para un control más fluido, sin contacto físico.
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