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Cuando los medios locales desaparecen, se pierde algo más que noticias, también una forma de comunidad. En Suiza, la IA Spatz emerge como una solución para zonas sin cobertura informativa. Recolecta datos locales, genera boletines sencillos y los reparte directamente a quien viva allí.

El gorrión que escucha a su alrededor

Spatz rastrea calendarios vecinales, anuncios municipales, actividades escolares, eventos comerciales o de asociaciones. Toda esa información pública se centraliza en un CRM. Luego, mediante un prompt específico, se transforma en boletines semanales, distribuidos gratuitamente por correo o WhatsApp. Además hay una revisión humana previa a cada envío, según informó el medio The Fix.

Una propuesta íntima sin grandes titulares

El proyecto no pretende sustituir el periodismo tradicional. Funciona como una agenda local automatizada. Informa sobre cuándo abre el centro de salud, cuándo hay sesión del ayuntamiento o talleres comunitarios. Información básica pero esencial para vivir el día a día.

Datos públicos y control humano

El 50 % de la información proviene del rastreo realizado por la IA en fuentes locales; el otro 50 % proviene directamente de lo que la gente (o las instituciones) envían al sistema. Hay moderación humana local que prioriza, verifica y selecciona lo relevante según estándares periodísticos, según The Fix.

Lo que Spatz ya logra en Suiza

En la región de Alttoggenburg, con unos 15 000 adultos, alcanzaron más de 1 200 suscriptores por email y 560 en WhatsApp: alrededor del 10 % de la población en solo 12 meses. En otras zonas pequeñas ya hay conversaciones para implementarlo en Luxemburgo o EE.  UU., según datos de The Fix.

Cuestiones que permanecen abiertas

Aunque crece rápido, el modelo plantea dilemas. Automatizar implica reducir contexto e interpretación. En áreas con poca transparencia informativa, el sistema se queda sin datos. Además, la curaduría la define el equipo de Spatz, no la comunidad, lo que plantea tensiones sobre qué se publica o se omite.

¿Un modelo exportable a otras latitudes?

Spatz nació en Suiza, pero ya está hablando con actores en Luxemburgo, EE.  UU. y otras regiones europeas. Es un sistema escalable: lo mismo podría aplicarse en entornos rurales de España o América Latina, si se adaptan a idiomas, ritmo local y fuentes accesibles, según el análisis de The Fix.

Una semilla en manos ciudadanas

Spatz no investiga ni cuestiona, solo informa lo que ya circula. No sustituye pero conecta. La pregunta no es si es suficiente, sino si puede ser semilla: ¿y si cada zona tuviera su propio gorrión digital, alimentado por las personas que caminan por sus calles?

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