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“AI-first”. Dos palabras, una estrategia. A inicios de 2025, Duolingo decidió abrazar esa etiqueta y compartirla en voz alta. La reacción fue inmediata. Usuarios en X (antes Twitter), traductores freelance, trabajadores del mundo digital… todos interpretaron algo distinto. La empresa quería parecer valiente. Pero la frase cayó en seco, como cuando uno entra hablando alto en una sala llena de susurros.

Automatizar antes que contratar

El comunicado lo firmó el CEO, Luis von Ahn, y apareció en LinkedIn: “si una tarea se puede automatizar, lo haremos antes de pensar en contratar a alguien”. La frase era parte de un viraje estratégico, pero se leyó como un recorte disfrazado. Von Ahn defendía que había que avanzar con IA incluso sin garantías de perfección. Que la clave era integrar, probar, ajustar. Pero lo que quedó flotando fue otra cosa.

Diseñadores como directores, ingenieros que corrigen a la IA

Duolingo no quiere reemplazar a los equipos. Dice que quiere transformarlos. Que los diseñadores sean algo así como directores creativos que guían a la IA. Que los ingenieros revisen código generado automáticamente. Que añadir idiomas ya no dependa de meses de trabajo manual. El futuro, según la empresa, tiene a la IA haciendo borradores y a las personas editando. Como un Word en piloto automático que pide ojos atentos.

Nadie despedido, pero menos manos externas

Von Ahn fue tajante: no se han despedido empleados de planta por esta estrategia. Y no está en sus planes hacerlo. Pero sí se redujo, en 2024, un 10 % de los contratistas que hacían tareas repetitivas. Según la empresa, es parte de los ciclos normales. Según quienes lo vivieron, el cambio fue más abrupto. La IA no echó a nadie, pero sí ocupó espacio.

El mensaje sin contexto que encendió las redes

El CEO lo reconoció días después: “no di suficiente contexto”. Lo dijo cuando las críticas ya circulaban por Reddit y foros de traductores. Lo que dentro de la empresa era una reorganización, fuera se leyó como amenaza. Las preguntas crecieron más rápido que las respuestas. Y Duolingo tuvo que salir a explicarse.

Ensayo interno con IA y formación en marcha

Para bajar el ruido, la empresa activó los “f‑r‑A‑I‑days”: jornadas semanales para probar IA sin presión. Se anima a los equipos a experimentar. A aprender sin miedo. A incorporar estas herramientas sin imponerlas. También se contempla incluir habilidades con IA en las evaluaciones, pero como parte del crecimiento, no como filtro. No hay cursos obligatorios ni deadlines, solo la idea de que saber usar IA será cada vez más útil.

Una frase, una ola, y la tensión de fondo

Duolingo no despidió a nadie. Automatizó un poco. Explicó tarde. Intentó corregir. Lo que queda es un ejemplo más de cómo una frase estratégica puede levantar una ola que no esperabas. «AI-first» suena moderno, pero también suena a filtro. Y eso, en un sector con traductores, diseñadores y voces humanas, tiene eco.

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