Un humanoide se derrumba en la ceremonia inaugural. Otro tropieza en medio de un sprint y la multitud lo aplaude al levantarse. En el Óvalo Nacional de Patinaje de Pekín —el ícono olímpico reconvertido en pista de pruebas— más de 500 robots de 280 equipos de 16 países intentaron imitar el atletismo, el fútbol y el boxeo entre el 14 y el 17 de agosto de 2025. La idea era clara: poner en escena lo que funciona… y lo que aún no.
Un estadio reinventado como laboratorio
El evento fue organizado por el Gobierno municipal de Pekín junto a instituciones como la Oficina de Economía y Tecnología, la Asociación de Robótica y emisoras públicas. Forma parte de un impulso más amplio: China ha destinado más de 20.000 millones de dólares en subsidios y planea un fondo de un billón de yuanes (≈ 125.000 millones de euros) para el desarrollo de IA y robótica avanzada.
Más que juegos: retos con propósito
Fueron 26 modalidades, entre deporte, exhibiciones y tareas reales:
- Deporte: carreras (100 m, 400 m, 1500 m, relevos, vallas), salto vertical y de longitud, fútbol 3v3 y 5v5, taichí, combate libre y boxeo.
- Exhibiciones: bailes individuales y grupales, performances artísticas y creativas.
- Retos funcionales: tareas de limpieza, recepción hotelera, clasificación de objetos, entrega de medicinas.
Equipos como UniX AI completaron desafíos de logística en menos de nueve minutos. Los robots fueron evaluados no solo por éxito, sino por eficiencia, tiempo y autonomía.
Quiénes compitieron y con qué robots
Los 280 equipos procedían de 16 países y estaban formados por: 192 universidades, entre ellas referentes como Tsinghua, Peking y HTWK Leipzig; y 88 empresas privadas, con nombres como Unitree Robotics (China), Fourier Intelligence (China) y Booster Robotics (Alemania).
Booster Robotics compitió en fútbol con su serie T1: robots que emplean sensores ópticos y motores sincronizados para coordinarse en tiempo real como un equipo. En boxeo, Unitree presentó su modelo G1, capaz de esquivar golpes, absorber impactos y levantarse sin ayuda tras una caída.
En fútbol, Tsinghua se impuso en la final de 5v5 ante un equipo mixto europeo liderado por la HTWK alemana. En la modalidad 3v3, la Universidad Agrícola de China venció al conjunto brasileño Sweaty, reconocido por su participación en competiciones robóticas internacionales.
Tropiezos que enseñan
Las imágenes más compartidas no mostraron victorias, sino errores reveladores como: robots colapsando al chocar entre sí durante partidos de fútbol 3v3, un modelo que cayó a pocos metros de la meta en los 1500 metros, o combates de boxeo donde la falta de equilibrio provocó caídas sin contacto previo.
Uno de los momentos más comentados fue el rendimiento del modelo G1 de Unitree, que completó los 1500 metros en 6 minutos y 29 segundos. Aunque lejos del récord humano (3:26), la marca representa un avance respecto a ediciones anteriores y al promedio robótico, aún por encima de los 7 minutos. Cada fallo no se vio como derrota, sino como entrada de datos, sobre cómo ven, cómo procesan, cómo reaccionan estos cuerpos con software.
Unitree wins the gold medal for the 1500m run at the World Humanoid Robot Games, setting a world record time of 6 minutes and 34 seconds.
The current men’s world record is 3:26. pic.twitter.com/q2VThR9n5E
— The Humanoid Hub (@TheHumanoidHub) August 15, 2025
Un escaparate con preguntas abiertas
“Mejor fallar aquí que en el mundo real”, dijo Max Polter, del equipo alemán HTWK. La frase resume la lógica de estos juegos. No se trataba de ganar, sino de observar. De medir cuánto falta para que los robots humanoides operen con autonomía confiable. La escena hoy es torpe. Pero se repite, se estudia y se mejora.
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