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Una declaración de independencia tecnológica
DeepSeek, la pujante firma china de inteligencia artificial fundada en 2023 por el fondo cuantitativo High-Flyer, acaba de dar una señal clara de su próxima estrategia estratégica: prescindir por completo de los chips de NVIDIA. La compañía ha insinuado, a través de una publicación en su plataforma WeChat, que las GPU de próxima generación fabricadas en China “se lanzarán pronto”, lo que ha desatado un torrente de especulaciones sobre su nuevo proveedor de hardware.

¿Quién puede suministrar esos chips?
Xataka analiza las posibles alternativas: Huawei, Cambricon, Moore Threads, Hygon y MetaX Integrated Circuits. De entre éstos, destacan como favoritos Huawei, Cambricon y Moore Threads. Cambricon, por su parte, ha recibido luz verde para recaudar 560 millones de dólares destinados al diseño de chips para IA y una alternativa a CUDA. Huawei está probando con los chips Ascend 910D y el prometedor Ascend 920, fabricado en colaboración con SMIC, que comenzará producción masiva en la segunda mitad de 2025.

Un contexto de presión internacional
Esta insinuación llega en un momento delicado para DeepSeek y High-Flyer. Estados Unidos ha impuesto sanciones sobre la venta de chips NVIDIA más avanzados a empresas chinas. Aunque High-Flyer asegura haber entrenado el modelo DeepSeek-R1 con 2.048 GPUs H800, varios analistas aseguran que realmente utilizaron 50.000 GPUs H100, adquiridas mediante intermediarios, lo que ha alimentado la controversia.

El desafío del autoconsumo en IA
La posible transición a chips totalmente fabricados en China remarcaría la ambición de DeepSeek por independizarse tecnológicamente del dominio estadounidense. No sólo se trata de evitar sanciones, sino de encabezar una nueva era de soberanía en IA. Si compañías como Huawei o Cambricon logran proveer GPUs competitivas, DeepSeek podría alcanzar una posición estratégica en el ecosistema global de inteligencia artificial.

 ¿Oportunidades y riesgos?
La noticia despierta entusiasmo y cautela a partes iguales. Por un lado, una solución interna sólida impulsaría la innovación en el sector chino y reduciría la dependencia externa. Por otro, podrían surgir problemas de rendimiento, escalabilidad y compatibilidad frente a los robustos ecosistemas desarrollados por NVIDIA. Además, el paso podría acelerar aún más la guerra tecnológica que enfrenta a EE.UU. y China.

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