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Hay un Batman que ya no es de Gotham. Aparece en imágenes de IA bebiendo café, volando sin capa o bailando cumbia en una azotea. No está en una película ni en un cómic, sino en Midjourney, una plataforma que convierte palabras en ilustraciones.

Aunque la demanda se presentó en abril, los detalles salieron a la luz esta semana, cuando se hicieron públicos los documentos judiciales. Ahí se describe cómo Midjourney permite generar imágenes de Superman, Scooby‑Doo, Bugs Bunny y otros personajes icónicos sin autorización. No son simples parecidos, Warner Bros alega que las versiones creadas por IA mantienen rasgos reconocibles. Como si alguien hubiese escaneado el catálogo del estudio y lo hubiese mezclado con un generador automático de fanart.

Un generador que no distingue copyright

Midjourney funciona así: escribes lo que quieres ver y lo genera. Cuatro imágenes, en segundos. Si escribes “superhéroe clásico volando entre rascacielos”, es posible que aparezca alguien que se parece demasiado a Clark Kent. No es casual. Según Warner, la IA fue entrenada con sus obras. Y los resultados son tan precisos que cruzan la línea del homenaje y entran en territorio legal.

La demanda muestra ejemplos concretos como Bugs Bunny saludando con la misma mano, o Batman con el mismo perfil. Pero no es solo por las imágenes. Es por la estructura que lo permite, un modelo que, dicen, fue alimentado con copias no autorizadas.

Warner pide el control (y compensación)

La denuncia exige hasta 150.000 dólares por cada infracción, además del bloqueo de futuras creaciones y la devolución de beneficios. El argumento es que Midjourney sabía que podía poner límites y no lo hizo. Prefirió crecer rápido antes que pisar con cuidado. No es la primera vez que un estudio señala esto. Pero sí es la primera vez que lo hace con esta contundencia.

Midjourney responde: no copiamos, aprendemos

Desde Midjourney afirman que su IA no guarda imágenes, sino que “aprende estilos”. Dicen que es como enseñar a alguien a dibujar mirando el mundo. Que las imágenes públicas en internet son parte de ese paisaje. Que lo suyo es un uso “transformativo”. Apelan al fair use, un principio legal que permite usar obras protegidas si el uso es nuevo, diferente o educativo. Pero esa frontera sigue sin estar clara. Especialmente cuando hay dinero de por medio.

Lo que está en juego: más que una caricatura

Si Warner gana, las plataformas de IA tendrán que bloquear referencias a personajes protegidos. Si pierde, se abrirá un precedente a partir del cual cualquiera podrá generar imágenes de iconos culturales sin pagar derechos. Hoy, un usuario puede pedir “Scooby‑Doo investigando un ovni en Buenos Aires” y conseguirlo. Mañana, tal vez no.

Hollywood se organiza, y la IA toma nota

En junio, Disney y Universal también demandaron a Midjourney. Alegaron usos no autorizados de Darth Vader y Bart Simpson. No son demandas sueltas, son piezas de un mismo tablero. El de los estudios intentando recuperar el control de sus personajes frente a plataformas que no distinguen entre tributo y reproducción. Mientras tanto, las IA siguen generando sin filtro. Porque todo lo que está en internet —para ellas— es material de entrenamiento.

El clic que lo cambia todo

La pregunta no es si la IA puede crear. Es si tiene derecho a hacerlo con lo que no le pertenece. La demanda sigue abierta. El juicio no ha comenzado. Pero las imagen ya existen. No son sueños de fans. Son prompts de IA.

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