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En 2026, si subes a un taxi en Múnich, puede que no haya nadie al volante.
Suena a ciencia ficción, pero será realidad: Uber y la startup china Momenta han elegido a la capital bávara como la puerta de entrada de los robotaxis autónomos en Europa.

¿Por qué Múnich?

La elección no fue casual. Alemania es el único país europeo con un marco legal que permite vehículos de autonomía  Nivel4* desde 2021. Además, Múnich no es solo una ciudad; es el corazón de la ingeniería automotriz alemana, hogar de gigantes como BMW y Audi.

*El Nivel 4 de autonomía significa que el vehículo puede conducirse solo en la mayoría de las situaciones, sin necesidad de intervención humana, aunque dentro de zonas o condiciones específicas predefinidas.
A diferencia del Nivel 3, el conductor no tiene que estar atento todo el tiempo, pero el sistema aún no cubre todas las circunstancias posibles (eso sería el Nivel 5).

¿Qué mejor lugar para poner a prueba el futuro del transporte que donde nació gran parte de la tradición automovilística europea?

Una alianza inesperada

Momenta, fundada en Pekín en 2016, pasó en pocos años de ser una startup a convertirse en un unicornio tecnológico valorado en miles de millones. Su software de conducción ya impulsa más de 400.000 vehículos de marcas europeas.
Ahora, de la mano de Uber, dará el salto definitivo: flotas de taxis autónomos recorriendo calles europeas, primero con supervisores humanos a bordo… y más adelante, sin ellos.

La fecha marcada

El desembarco será en 2026, tras obtener luz verde de las autoridades alemanas. El proyecto llega en paralelo a los movimientos de Lyft y Baidu, que también planean lanzar sus propios robotaxis en Reino Unido y Alemania el mismo año.
Se perfila así una carrera tecnológica en el Viejo Continente: ¿quién dominará el mercado de los viajes sin conductor?

Lo que está en juego

No se trata solo de innovación. Está en disputa el liderazgo global en movilidad urbana:

  • Estados Unidos con Waymo y Tesla,

  • China con Baidu y Momenta,

  • Y ahora Europa como terreno de pruebas clave.

Los retos son inmensos: regulaciones estrictas, seguridad, confianza pública… pero también las oportunidades. Si Múnich resulta un éxito, otras ciudades podrían abrirse al mismo modelo.

Un futuro que ya está aquí

Lo fascinante no es que los robotaxis lleguen a Europa. Lo fascinante es que lo hagan de la mano de China, en el corazón industrial de Alemania, y con Uber como catalizador.                                                                                                                                                               El tablero está puesto. La pregunta no es si veremos coches sin conductor circulando por nuestras ciudades, sino cuándo dejará de parecernos extraño subirnos a uno.

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