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Un dispositivo que permite interactuar sin pronunciar nada ya ha dejado de ser ciencia ficción. Se llama alterego

y su forma recuerda más a un accesorio discreto que a un equipo futurista. Según anuncia la compañía, basta con activar mentalmente una palabra —como si fueras a decirla en voz baja— para que el sistema la detecte. No lee tus pensamientos, sino que traduce el esfuerzo voluntario por hablar en comandos digitales comprensibles. Es decir, un dispositivo que reacciona solo cuando tú decides activar internamente una palabra, sin anticiparse ni interpretar ideas espontáneas.

Así traduce tu voz interior en señal

AlterEgo no accede al cerebro ni interpreta ideas abstractas. La tecnología, conocida tradicionalmente como ‘Silent Speech’, ha evolucionado en AlterEgo hacia una técnica que llaman ‘Silent Sense’. Esta variante capta todo el espectro del habla, desde el movimiento visible de los labios al vocalizar sin sonido, hasta la intención de hablar sin mover un solo músculo. Puedes comunicarte tan fuerte o tan en silencio como quieras. AlterEgo lo detectará.

Utiliza señales neuromusculares generadas en el rostro y la garganta cuando intentamos hablar sin emitir sonido. Ese movimiento casi imperceptible —similar al que usamos al leer en silencio— es captado por sensores en la piel. El sistema lo procesa con inteligencia artificial para transformarlo en instrucciones. La respuesta llega por conducción ósea, mediante vibraciones que se perciben en el oído interno sin alterar el entorno.

Qué promete y con qué reservas

AlterEgo se presenta como una interfaz natural, privada y sin fricción. Permite interactuar con IA, buscar información o enviar mensajes sin emitir sonido ni mover dedos. Se proyecta como una herramienta útil en entornos ruidosos o como apoyo para personas con dificultades del habla, como quienes viven con ELA o esclerosis múltiple.

Pero la propuesta abre preguntas importantes. La empresa afirma que solo capta lo que «decides decirte», pero ¿qué sucede con expresiones mentales que no queremos exteriorizar? ¿Cómo se delimita la voluntad en un acto tan sutil como pensar en voz baja? El dispositivo no accede a pensamientos espontáneos, pero deja abierta la conversación sobre lo que significa hablar sin hablar.

Ecos de un recorrido académico sólido

El proyecto nació en el MIT Media Lab en 2018. Su prototipo utilizaba siete electrodos alrededor de mandíbula y garganta, logrando una precisión del 92% en el reconocimiento de palabras con una latencia de medio segundo.

Desde entonces, el equipo ha evolucionado hacia una startup independiente en 2025, con el mismo nombre y el objetivo de llevar la tecnología a usos cotidianos fuera del laboratorio.

Más que sensores, una interfaz casi invisible

La versión actual, aún sin fecha de lanzamiento, ha sido descrita en una demo como un wearable que permite dictar texto, consultar datos visuales, traducir en tiempo real y mantener conversaciones privadas sin mover los labios. También integra pequeñas cámaras para detectar objetos en el entorno. Todo esto bajo la idea de una conexión «casi telepática» entre mente y máquina.

Ni chip ni bisturí, una alternativa no invasiva

A diferencia de implantes cerebrales como Neuralink, AlterEgo no requiere cirugía ni intervención médica. Se coloca como un accesorio externo que interpreta movimientos musculares. Esto reduce riesgos técnicos y éticos, y traza una línea clara respecto a la privacidad mental. No accede al cerebro, solo actúa cuando tú decides hablar por dentro.

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