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La inteligencia artificial ya no solo se utiliza para optimizar búsquedas o redactar correos. Ahora, también se ha convertido en el nuevo “wingman” digital en las aplicaciones de citas. Herramientas como Rizz y YourMove AI prometen mejorar las interacciones en plataformas como Tinder o Hinge, redactando respuestas ingeniosas, ayudando a perfilar intereses y, en algunos casos, decidiendo el mejor momento para continuar —o abandonar— una conversación.

Qué hacen estas herramientas

Rizz, que se presenta como un “asistente de bolsillo para citas”, utiliza modelos de lenguaje para generar mensajes personalizados en función del contexto del chat y los perfiles involucrados. Su sistema se entrena con conversaciones reales para ofrecer frases más auténticas y efectivas. Por su parte, YourMove AI cumple funciones similares, pero añade recomendaciones sobre cómo iniciar temas de conversación y cómo mantener el interés emocional. Ambas plataformas operan bajo suscripción, con precios que oscilan entre los 13 y 20 dólares mensuales.

La perfección que enfría

Aunque eficaces, estas tecnologías no están exentas de crítica. Usuarios y expertos en relaciones han advertido que una interacción demasiado pulida puede provocar desconfianza o generar vínculos poco auténticos. La sospecha de que una IA está detrás de mensajes “demasiado perfectos” puede arruinar una conexión incipiente, dejando una sensación de manipulación o falsedad emocional.

IA en el corazón del dating

El fenómeno no es aislado. Según un estudio conjunto del Instituto Kinsey y Match Group —conglomerado dueño de aplicaciones como Tinder, Hinge y OKCupid—, más del 25% de adultos en Estados Unidos ya usan herramientas de inteligencia artificial para interactuar en citas en línea. Entre los usuarios de la generación Z, esa cifra se eleva hasta el 45%. Esto implica que en muchas conversaciones ya hay, de forma encubierta, una presencia algorítmica mediando el contacto humano.

Entre eficiencia y transparencia

Los desarrolladores defienden sus aplicaciones como herramientas de apoyo, no como sustitutos de la interacción humana. La intención declarada es reducir la ansiedad de la comunicación inicial y permitir que los usuarios lleguen más rápido a encuentros reales. Sin embargo, la falta de transparencia sobre el uso de IA sigue siendo un punto sensible. Algunos usuarios proponen que las plataformas incluyan indicadores que alerten si una conversación está siendo asistida por inteligencia artificial.

¿Un algoritmo puede enamorar?

La gran pregunta persiste: ¿puede un mensaje generado por IA ser el inicio de una relación genuina? Mientras unos celebran la eficiencia y creatividad que ofrece este tipo de asistencia, otros defienden la importancia de la imperfección humana como clave de la autenticidad emocional. Tal vez el futuro del amor digital no dependa solo de la inteligencia artificial, sino de la honestidad con la que se integre en nuestras conversaciones más íntimas.

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