Skip to main content

Amazon ha presentado unas gafas con inteligencia artificial para sus conductores de reparto. El dispositivo permite escanear paquetes, guiar al repartidor desde el vehículo hasta la puerta del cliente y capturar la prueba de entrega, todo sin necesidad de usar el teléfono. El anuncio refuerza la estrategia de la compañía para optimizar el “último tramo” de la logística, el segmento más costoso del comercio electrónico.

Un copiloto digital sobre la nariz

El funcionamiento es sencillo en apariencia, pero complejo en tecnología. Las gafas incorporan visión por ordenador, cámaras, sensores y una pantalla superpuesta al campo visual. Cuando el conductor aparca, el sistema identifica el paquete correcto, ofrece instrucciones paso a paso hasta el punto exacto de entrega y permite registrar la entrega con una imagen. El conjunto se complementa con un controlador adherido al chaleco del conductor, que aporta batería adicional, un botón de emergencia y compatibilidad con lentes graduadas. Todo orientado a que el conductor mantenga las manos libres y la atención en el entorno.

Precisión en cada paso

Amazon promete que el uso de estas gafas reduce errores, mejora la seguridad y acelera el proceso. En pruebas iniciales, algunos conductores han ahorrado hasta 30 minutos por turno. También se abre la posibilidad de detectar condiciones adversas como poca luz, mascotas sueltas, zonas de acceso restringido.

El dispositivo, todavía en fase piloto en América del Norte, se presenta como una herramienta de eficiencia. Menos dependencia del teléfono, más atención al entorno y rutas mejoradas.

Datos que caminan con el repartidor

Las gafas utilizan geolocalización, sensores de aparcamiento y reconocimiento de objetos. Capturan imágenes para verificar entregas y reconocen direcciones, paquetes o condiciones del entorno. Según Amazon, datos sensibles como rostros o matrículas se difuminan y el dispositivo incluye un botón físico para apagar la captura si el conductor lo desea. Esta capacidad de registrar cada paso plantea nuevas formas de monitoreo operativo, pero también refuerza preguntas sobre el límite entre ayuda tecnológica y vigilancia.

Fronteras difusas entre asistencia y control

El dispositivo introduce beneficios, pero también tensiones. La presencia constante de una cámara activa en contextos residenciales genera inquietudes sobre privacidad. La automatización de instrucciones y registros podría también derivar en formas más estrictas de supervisión del trabajo. Aunque Amazon enfatiza la mejora en eficiencia y seguridad, el impacto dependerá también de cómo se integre en el día a día de los conductores: ¿es una ayuda real o una carga adicional? La adopción también plantea preguntas sobre formación, adaptación y margen de acción.

En línea con una estrategia mayor

Estas gafas no son un experimento aislado. En 2024 se filtró que Amazon trabajaba en un modelo llamado «Amelia» para conductores, y también desarrolla una versión para consumidores bajo el nombre «Jayhawk». Esta línea competiría con modelos de Meta (Ray-Ban Meta) y otras gafas de realidad aumentada. Amazon opta por empezar en casa, en su propia red logística, antes de lanzarse al mercado general. La logística ofrece un entorno controlado, datos ricos y margen para afinar el producto.

Una puerta que se abre hacia dentro

Las gafas de Amazon transforman el reparto en una experiencia aumentada con instrucciones, escaneos y alertas sobre el mundo real. Como un copiloto invisible, marcan el camino sin apartar la vista. El piloto avanza, pero el recorrido plantea preguntas. La tecnología promete eficiencia, pero también dibuja nuevos límites entre lo humano y lo automatizado. La puerta se abre. Falta saber quién controla la cerradura.

Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.

Dejar un comentario