Como si activara un nuevo modo de pensar en una máquina ya despierta, OpenAI ha presentado GPT-5.1, la versión más reciente de su modelo de lenguaje, y lo ha hecho con una novedad llamativa. La actualización no solo mejora el rendimiento general del asistente de ChatGPT, sino que introduce dos estilos distintos de interacción: «Instant» y «Thinking». Esta dualidad marca un cambio de ritmo en cómo se presenta la inteligencia artificial al usuario, dependiendo de si se busca rapidez o profundidad.
Un interruptor entre rapidez y reflexión
En la práctica, el modelo Instant está diseñado para conversaciones ágiles, como cuando se busca una definición rápida o una sugerencia inmediata para un correo, respuestas breves y un tono más cercano. Se parece a ese compañero que siempre tiene una respuesta lista.
Por otro lado, el modo Thinking se activa cuando la tarea requiere mayor razonamiento o contexto, en situaciones como la resolución de un problema de programación o el análisis de un texto largo, donde conviene que la respuesta tenga más cuerpo y contexto. Puede tardar un poco más, pero responde con mayor rigor y profundidad, como quien se toma su tiempo antes de hablar.
Según OpenAI, esta adaptación dinámica permite que el modelo utilice menos recursos en tareas simples y despliegue todo su potencial en situaciones complejas. Una especie de cambio automático entre primera y quinta marcha.
Un salto en evaluaciones de complejidad
La versión 5.1 ha mostrado mejoras destacadas en pruebas de matemáticas, programación y comprensión de instrucciones. En las evaluaciones internas de la empresa, supera a GPT-4 Turbo tanto en eficiencia como en precisión. En tareas de lógica o cálculo, Thinking se comporta con mayor persistencia y menor tendencia a desviarse, un defecto común en versiones anteriores.
También se ha afinado la capacidad del asistente para detectar ambigüedades, como cuando una pregunta puede tener varios significados posibles. Por ejemplo, si se le pide ‘hazme un resumen’, ahora el modelo puede preguntar si se refiere a un texto que se le acaba de proporcionar o si debe generar uno nuevo sobre un tema general y hacer preguntas aclaratorias cuando es necesario. El resultado es un modelo que no solo responde, sino que también sabe preguntar.
Personalidad a medida, con un solo clic
Una de las funciones más visibles es el nuevo control de tono. Los usuarios pueden ajustar el estilo de respuesta desde la interfaz, eligiendo entre un registro más formal, más directo o incluso humorístico. Esta personalización busca adaptarse mejor al contexto de cada interacción, desde una consulta técnica hasta una sesión de lluvia de ideas. Aunque esta opción existía en versiones anteriores a través de «instrucciones personalizadas», el nuevo panel lo simplifica y lo hace visible desde el primer uso.
Datos, privacidad y memoria bajo la lupa
OpenAI ha mantenido la arquitectura basada en GPT-4 Turbo, con acceso a navegación web, documentos y código. La memoria también sigue activa, permitiendo que el asistente recuerde preferencias y datos compartidos previamente, aunque esta función puede desactivarse. La gestión de la privacidad sigue siendo uno de los puntos más observados por expertos y usuarios: qué se almacena, durante cuánto tiempo y con qué fines.
OpenAI asegura que las conversaciones no se utilizan para entrenar modelos por defecto, una política que mantiene respecto a versiones anteriores, aunque difiere de prácticas adoptadas por otras empresas del sector, salvo que el usuario lo permita explícitamente. Sin embargo, el modelo sigue aprendiendo a través de otras vías, como el ajuste fino basado en ejemplos seleccionados.
Comparaciones inevitables: hacia dónde apunta la IA
El enfoque de GPT-5.1 recuerda a otros sistemas que adaptan su respuesta según el contexto, como Claude 2 de Anthropic, que prioriza la seguridad y la claridad al generar respuestas, o Gemini de Google, que se integra con el ecosistema de productos del buscador para ofrecer interacciones más conectadas. Sin embargo, la posibilidad de alternar entre modos en tiempo real y el nuevo control de tono refuerzan la idea de una IA que ya no es solo potente, sino también versátil según el contexto.
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