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Disney+ ha confirmado que trabaja en una funcionalidad que permitirá a sus suscriptores generar contenido usando inteligencia artificial. Lo ha anunciado Bob Iger, CEO de The Walt Disney Company, durante la reciente llamada con inversores. La noticia sorprende no solo por el fondo, sino por el emisor, la misma compañía que ha protegido con celo sus franquicias durante décadas da ahora un paso hacia la creación participativa. Una apuesta que mezcla tecnología, entretenimiento y algo de riesgo corporativo.

IA generativa: cómo funcionará la nueva experiencia

Lo que propone Disney+ es incorporar herramientas para que los usuarios creen vídeos cortos dentro de la plataforma, con ayuda de inteligencia artificial. Aunque aún no se han especificado detalles técnicos, se sabe que trabajarán con empresas especializadas en IA y que el contenido generado se podrá compartir y consumir dentro del mismo entorno. También se habla de incorporar elementos interactivos o «similares a los videojuegos» en la interfaz, en un intento de que la experiencia vaya más allá del consumo pasivo.

El uso de modelos generativos —capaces de producir imágenes, textos o animaciones a partir de instrucciones— permitiría a los suscriptores crear nuevas escenas, diálogos o adaptaciones a partir del universo Disney. No se sabe todavía si se podrá utilizar libremente cualquier personaje, ni si el sistema ofrecerá plantillas predefinidas o libertad total.

Crear, no solo mirar: lo que está en juego

El cambio de lógica es profundo. De ver a participar. De consumir a generar. En sus declaraciones, Iger habla de una experiencia «más comprometida» para el usuario. No se trata solo de entretenimiento, sino de darle herramientas para jugar creativamente con el contenido. La compañía espera así conectar con nuevas audiencias y reforzar la fidelidad de quienes ya están dentro.

El movimiento tiene lógica en un ecosistema digital donde los formatos breves y participativos, como los de TikTok o Roblox, ganan terreno frente al streaming tradicional. Pero también abre un terreno inexplorado para una marca que ha sido símbolo de control narrativo y estético durante casi un siglo.

Propiedad, control y creatividad en equilibrio inestable

El anuncio plantea varias incógnitas. ¿Hasta qué punto Disney permitirá remezclar sus franquicias? ¿Cómo se moderará el contenido generado por los usuarios? ¿Quién será el dueño de lo creado con estas herramientas? La empresa ha insistido en que protegerá su propiedad intelectual, lo que sugiere que el sistema tendrá límites claros.

La gestión de derechos será un asunto central. Aunque el contenido se quede dentro de Disney+, como está previsto, las creaciones generadas podrían rozar lo paródico, lo crítico o lo inapropiado. Y aunque la tecnología permite filtrar ciertos usos, el desafío será mantener un equilibrio entre libertad creativa y control corporativo.

El espejo de otras plataformas

Disney no es la primera en explorar este terreno. Plataformas como YouTube, TikTok o incluso herramientas como ChatGPT ya permiten que los usuarios generen contenido a partir de modelos de IA. La diferencia clave está en el entorno cerrado y fuertemente regulado que representa Disney+.

Mientras otros espacios abren el juego a la improvisación, aquí la creación estará mediada por una marca que cuida cada detalle. Eso puede ser una ventaja (entorno seguro, coherente, familiar) pero también una limitación. Lo que se gane en forma se podría perder en sorpresa.

Final abierto: el usuario tiene la palabra

Queda por ver cómo responderán los suscriptores. La propuesta transforma al espectador en protagonista, pero no todos querrán ese rol. Habrá quien prefiera seguir mirando, y quien se lance a imaginar nuevas aventuras con Elsa o Iron Man. El experimento está en marcha.

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