Even Realities lanza sus nuevas gafas inteligentes, las Even G2, y un anillo de control, el Even R1. El lanzamiento entra en un terreno aún abierto, el de las gafas inteligentes que puedan usarse a diario sin parecer dispositivos tecnológicos evidentes. En un mercado dominado por Meta y Google, Even busca menos espectáculo, más discreción.
Un visor sin estridencias
Las G2 proyectan una imagen sobre el cristal usando micro-LEDs y guías de onda. La tecnología, bautizada como óptica adaptativa holística 2.0, elimina cámaras y altavoces visibles. El resultado es un visor que se activa mediante gestos en la montura o con ayuda del anillo R1. Todo ocurre sin levantar sospechas. El anillo también mide constantes vitales: pulso, oxígeno en sangre, calidad del sueño. Aunque la propia empresa admite que no alcanza el nivel de fiabilidad de los wearables médicos.
Pantalla a la vista, pero sin ruido
El dispositivo proyecta una interfaz flotante en el campo de visión del usuario. Notificaciones, traducción simultánea, teleprompter o navegación paso a paso. Todo en silencio. Las gafas responden al comando “Hey, Even”, activando un asistente de voz que no graba audio, pero transcribe fragmentos para funciones como subtítulos automáticos o ayuda conversacional. Su peso, 36 gramos, mejora los 44 del modelo anterior. El campo visual también crece un 75%. Y su diseño, de aleación de titanio y magnesio, busca parecerse más a unas gafas comunes que a un gadget futurista.
Sin cámara, pero no sin datos
Aunque la eliminación de la cámara reduce la sensación de vigilancia, las gafas siguen registrando datos a través de micrófonos y sensores. La empresa promete que no hay grabación constante y que los datos recogidos se procesan de forma segura. Pero el usuario debe confiar en un sistema que escucha y transcribe lo que ocurre a su alrededor. También están conectadas a Even Hub, la plataforma donde se alojarán futuras apps desarrolladas específicamente para el ecosistema Even.
Gafas sin captura
A diferencia de las Ray-Ban Meta, que incluyen cámaras y altavoces integrados para grabar vídeos o hacer llamadas, las G2 apuestan por un uso más sutil. No hay fotos, no hay música. Solo información visual. Esto puede ser una ventaja para quien busca privacidad, pero también una limitación para quienes esperan funciones de realidad aumentada más ricas. El anillo R1, aunque ingenioso, presenta algunos fallos: desconexiones, lecturas incompletas, retrasos en la sincronización con la app.
Precio y perspectiva
El pack completo cuesta casi 850 dólares, aunque hay descuentos por lanzamiento. Es un precio alto para un dispositivo que no saca fotos, no reproduce audio y aún está en fase de desarrollo de ecosistema. Pero también es una apuesta clara, gafas inteligentes que se puedan usar sin que nadie sepa que lo son.
Una pantalla que no quiere llamar la atención
Las Even G2 no compiten por potencia, sino por presencia. O más bien por su ausencia. Son el reverso de las gafas con vocación de cámara o micrófono y buscan integrarse sin delatarse.
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