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Google ha presentado Gemini 3, su modelo de inteligencia artificial más avanzado hasta la fecha. Y entre sus novedades técnicas y capacidades multimodales, una de las más significativas para el contexto europeo es el soporte para lenguas como el catalán, el euskera o el gallego. En un ecosistema dominado por el inglés y los grandes idiomas globales, esta incorporación tiene implicaciones que van mucho más allá de la traducción automática.

Más que traducir: comprender

Lo que distingue a Gemini 3 no es solo su capacidad de traducir frases o responder consultas, sino su habilidad para razonar, generar contenido y mantener conversaciones coherentes en esas lenguas. En palabras de Google, se trata de una comprensión «nativa» de los idiomas incorporados, con competencias que incluyen la generación de textos, el análisis de documentos y la programación en entornos multilingües. En la práctica, esto permitirá desarrollar asistentes virtuales que interactúen en catalán o euskera sin tener que pasar por el filtro del castellano o del inglés.

Datos y entrenamiento: el reto de lo minoritario

El avance no es casual. Para llegar a este nivel de comprensión, Google ha tenido que entrenar sus modelos con corpus lingüísticos diversos, algunos de los cuales han sido desarrollados en colaboración con instituciones académicas o fuentes abiertas. En el caso de las lenguas minoritarias, uno de los mayores desafíos es la escasez de datos de calidad. A diferencia del inglés o el castellano, donde abundan los textos, foros y registros digitales, el catalán, el euskera y el gallego presentan vacíos que dificultan el aprendizaje automático. Gemini 3 promete haber sorteado ese obstáculo, aunque Google no ha detallado el volumen ni el origen exacto de los datos empleados.

Una cuestión de poder y visibilidad

La incorporación de estas lenguas tiene un valor técnico, pero también simbólico. Permite que comunidades históricamente relegadas en el ámbito digital puedan interactuar con tecnologías de última generación sin renunciar a su idioma. Al mismo tiempo, plantea una cuestión clave, cómo en manos de qué empresas está la decisión de qué lenguas se preservan o refuerzan en el ecosistema tecnológico global. La selección de idiomas por parte de grandes plataformas no es neutra y puede influir en la vitalidad o el declive digital de una lengua.

Europa, diversidad y tecnología

La apuesta por el multilingüsmo también se inscribe en un contexto político. La Unión Europea ha promovido el desarrollo de tecnologías digitales que respeten la diversidad lingüística, y programas como ELG (European Language Grid) han intentado generar herramientas para lenguas poco representadas. La entrada de actores privados como Google en este terreno acelera los avances, pero también cambia las reglas, el desarrollo deja de ser solo institucional para pasar a depender de intereses corporativos.

Lo que queda por traducir

Gemini 3 marca un hito, por primera vez, un modelo de IA global incluye de forma funcional lenguas como el catalán, el euskera o el gallego. Esto abre nuevas posibilidades para la educación, los servicios públicos, los medios o la inclusión digital. Pero también recuerda que cada avance técnico conlleva una elección cultural. En qué lenguas nos hablará el futuro dependerá tanto de los datos como de las decisiones que se tomen hoy.

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