Un nuevo robot doméstico quiere dejar atrás las aspiradoras automáticas y las luces inteligentes. Memo, creado por la startup Sunday Robotics, se propone encargarse de tareas tan cotidianas como preparar café, recoger vasos o cargar el lavavajillas. Y lo relevante no es solo lo que hace, sino dónde, en casas reales, no en laboratorios.
After 18 months in stealth, dozens of prototypes, millions of real-home demonstrations, and one final all-nighter, we’re thrilled for you to say hello to Memo pic.twitter.com/o97uLWCuMS
— Sunday (@sundayrobotics) November 19, 2025
Un cuerpo sobre ruedas y datos en movimiento
Memo se desplaza sobre ruedas y ajusta su altura gracias a una columna extensible. No tiene piernas ni rostro, pero cuenta con dos brazos articulados que le permiten manipular objetos variados. En una demostración reciente, preparó un espresso desde cero. Colocó el café, lo prensó, activó la máquina y entregó la taza.
El aprendizaje no se basa en simulaciones. Sunday Robotics ha desarrollado unos guantes sensorizados que recogen los movimientos de personas reales haciendo tareas en sus hogares. La idea es registrar fuerza, posición y forma de agarre para entrenar al robot en escenarios concretos y diversos.
Promesas sobre la mesa
El CEO Tony Zhao explica que quieren liberar a las personas de hacer la ropa, los platos, todas las tareas del hogar. Para eso, Memo no solo debe moverse bien. Tiene que adaptarse a espacios distintos, detectar objetos cotidianos y responder a imprevistos. La compañía afirma haber recogido datos en más de 500 hogares y entrenado su modelo con millones de secuencias.
Datos que nacen en la cocina
La clave de este enfoque está en los Skill Capture Glove, un sistema de guantes que cuesta unos 400 dólares por pareja y recoge cómo se realizan acciones tan simples como abrir un grifo o guardar un plato. Con esos datos, la IA de Memo aprende a actuar no solo por imitación, sino con margen de adaptación.
A diferencia de otros sectores donde los datos están disponibles en internet, en robótica doméstica no existe un archivo masivo de gestos y tareas humanas. Sunday Robotics intenta cubrir ese vacío con registros propios.
Entre el orden y el desorden del hogar
Pero no todo está resuelto. Las demostraciones se hacen en espacios controlados. El verdadero reto será cómo responde Memo en casas con niños, mascotas o muebles inesperados y sin ingenieros al lado.
También queda por ver si el precio actual, unos 20.000 dólares por unidad construida a mano, podrá reducirse lo suficiente para un despliegue masivo, y quiénes estarán dispuestos a tener un robot con cámaras y sensores moviéndose por la cocina. El acceso físico e informático al hogar abre preguntas sobre privacidad que, de momento, tienen pocas respuestas.
Un mercado en construcción
Otras empresas también trabajan en robots domésticos: Skild, Generalist, Physical Intelligence, Figure AI. Algunas apuestan por modelos humanoides. Memo, en cambio, se centra en un diseño funcional y modular. Sunday Robotics controla el hardware, el software y los datos. Una estrategia de verticalización poco común, pero potencialmente eficaz.
Una escena que ya no es ciencia ficción
El reto de Memo es hacer que ver un robot haciéndote el café se convierta en rutina, no en exhibición. Si lo consigue, puede abrir una nueva etapa en la relación entre tecnología y hogar. Si no, quedará como otro intento que se movió bien en los vídeos, pero no entre los muebles.
Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.