OpenAI y Jony Ive han confirmado que ya tienen un prototipo funcional de un dispositivo de hardware diseñado para la inteligencia artificial. El anuncio tuvo lugar durante una aparición conjunta con Sam Altman en un evento de Emerson Collective. Se sabe poco de su funcionamiento concreto, pero ya se ha dejado claro que no se trata de otro móvil más.
No es un móvil, pero cabe en la mano
Según las declaraciones, el dispositivo se encuentra en fase de prototipo avanzado. Altman lo describió como “simple, hermoso y juguetón”. Ive, por su parte, subrayó que el diseño debe sentirse “natural e intuitivo”, no intimidatorio. Se menciona que el tamaño podría asemejarse al de un smartphone, pero sin pantalla: un rasgo clave que se había filtrado previamente y que lo aleja de los formatos tradicionales.
Una nueva categoría por definir
La promesa es crear un dispositivo «IA-native» que no dependa de la forma tradicional de móviles o portátiles. Altman indica que la intención es que el usuario lo vea, lo utilice inmediatamente y se sorprenda. Está pensado como una nueva categoría de aparato, situado quizá al lado del teléfono y el ordenador, pero distinto. Filtraciones anteriores lo llamaban un «tercer dispositivo central» sin pantalla.
Sin pantalla, con contexto
Aunque los detalles específicos no se han revelado, se sabe que el diseño aspira a funcionar de forma contextual cómo detectar el entorno, quizá audio o imagen, y responder sin necesidad de una interfaz clásica. La ausencia de pantalla sugiere que dependerá de otros canales (voz, sensores, tacto). Esta aproximación abre retos técnicos claros cómo el procesamiento local, el consumo energético y el manejo de datos en tiempo real.
El dilema de lo invisible
El dispositivo plantea tensiones evidentes. Su funcionamiento continuo con sensores abiertos al entorno despierta preguntas sobre privacidad y sobre cómo se protegen los datos del usuario sin depender por completo de la nube. También está el reto del uso cotidiano. Quitar la pantalla obliga a romper hábitos profundamente arraigados en la relación con la tecnología, y no basta con reducir la interfaz sino que debe ofrecerse una experiencia mejor sin ella. Finalmente, el propio papel de OpenAI dentro del ecosistema tecnológico cambia. Hasta ahora centrada en software, la compañía entra en un terreno dominado por Apple, Google y Meta, donde las exigencias de fabricación, soporte y distribución son otras.
No es el primero, pero quiere durar
Este dispositivo recuerda a intentos anteriores como el Humane AI Pin, que apostaba por interacción mínima y pantalla reducida. Sin embargo, ese proyecto sufrió para encontrar su lugar. La colaboración entre Altman e Ive podría marcar la diferencia, sobre todo en experiencia de usuario. Pero ninguna solución similar ha logrado asentarse aún.
Una escena sin teléfono
La «presentación» de este prototipo invita a imaginar un futuro donde ya no llevemos un móvil en el bolsillo, sino un dispositivo casi invisible, siempre presente y activado por contexto. Los retos son redefinir la interacción, asegurar la privacidad y convencer al usuario de que esto es algo mejor que lo que ya tiene.
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