OpenAI ha declarado un «code red» interno para centrar todos sus esfuerzos en una revisión a fondo de ChatGPT. Según un comunicado enviado a sus equipos, la empresa detiene o pospone otras iniciativas en curso, incluidas las pruebas de publicidad en la plataforma. La decisión ha sido confirmada por varias fuentes cercanas a la compañía, según han publicado medios como Reuters y The Wall Street Journal. La orden afecta a la estrategia a corto plazo y marca una nueva etapa para el asistente de IA más conocido del momento.
Qué se quiere mejorar: rapidez, cercanía y solidez
El documento interno que ha circulado entre los equipos detalla las prioridades inmediatas. El objetivo es que ChatGPT sea más rápido, estable y capaz de adaptarse mejor a cada usuario. También se busca recuperar la capacidad de responder preguntas complejas con fiabilidad. Este movimiento responde a una serie de críticas recientes por respuestas menos precisas, errores puntuales y una experiencia que algunos usuarios consideraban menos «humana». Ahora, OpenAI quiere corregir el rumbo antes de que esas impresiones se consoliden.
Los anuncios, en pausa
OpenAI había empezado a explorar formatos publicitarios dentro de ChatGPT, pensados para monetizar la plataforma de forma más directa. Algunas pruebas piloto estaban vinculadas a compras online y contenido patrocinado. Con el «code red», estas pruebas quedan en suspenso. La empresa prioriza mejorar el producto antes de abrirlo a nuevos modelos de negocio. Es una maniobra que revela tensiones internas, expandirse comercialmente o consolidar la calidad.
Un mercado acelerado y lleno de presiones
La urgencia de esta reorganización no se puede desligar del contexto. Otros grandes actores tecnológicos, como Google o Anthropic, han presentado avances significativos en IA generativa. La posición de liderazgo de OpenAI, consolidada hasta hace poco, ahora es más frágil. El «code red» refleja este momento de tensión. No es un colapso, sino una pausa estratégica. Como un piloto que ajusta el timón en medio de turbulencias inesperadas.
Mejoras a la vista… y expectativas también
Los usuarios podrían notar, en las próximas semanas, una mejora en la calidad y agilidad de las respuestas. La experiencia debería ser más fluida y adaptada al contexto de cada conversación. Por contra, los cambios comerciales quedarán en pausa. Esta reorientación supone renunciar, de momento, a una fuente de ingresos potencial para reforzar la base tecnológica. El dilema de fondo es clásico en tecnología: crecer rápido o consolidar la calidad. Por ahora, OpenAI ha optado por lo segundo.
Ajustar el rumbo antes de que sea tarde
La imagen es la de un barco que retrasa la vela para recalibrar el curso. OpenAI frena los proyectos más llamativos para reforzar aquello que le ha dado prestigio, un asistente potente, versátil y fácil de usar.
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