Una política reciente de Meta para bloquear el acceso de chatbots rivales a WhatsApp ha encendido alarmas en Europa. El regulador de competencia italiano ha dado el primer paso: ordenó la suspensión inmediata de esa medida. La decisión, tomada el 24 de diciembre, plantea una pregunta urgente en medio del auge de la inteligencia artificial conversacional: ¿qué ocurre cuando una sola empresa controla la plataforma y el asistente?
Cambios técnicos, implicaciones globales
En octubre, Meta actualizó los términos de su API de negocios de WhatsApp, usada por empresas para interactuar con clientes mediante bots y automatizaciones. Aunque la modificación pasó desapercibida para el gran público, su impacto fue claro: desde enero de 2026, quedaría prohibida la integración de chatbots de inteligencia artificial de propósito general, como ChatGPT (OpenAI), Claude (Anthropic) o Perplexity. La razón, según Meta, es priorizar su propio asistente virtual, Meta AI, integrado en WhatsApp y otros servicios de la compañía. En otras palabras, la empresa decidió limitar el uso de su infraestructura a competidores directos en el campo de los asistentes conversacionales.
Una práctica en la mira de los reguladores
La Autoridad Garante de la Competencia italiana (AGCM) inició una investigación por posible abuso de posición dominante. Considera que esta política podría restringir el acceso al mercado de actores innovadores, limitar opciones para consumidores y consolidar el poder de Meta en un área emergente como la inteligencia artificial integrada en plataformas.
Como medida cautelar, Italia ha ordenado suspender de inmediato la aplicación de estos términos. La decisión busca evitar daños inmediatos mientras se analiza a fondo la legalidad de la práctica. En paralelo, la Comisión Europea también ha abierto una investigación, lo que subraya la relevancia del caso a nivel continental.
Meta se defiende: no es una plataforma abierta
En su respuesta pública, Meta sostiene que la API de WhatsApp Business fue diseñada para casos de uso corporativo, no como un canal de distribución para chatbots de IA general. Asegura que las empresas tecnológicas interesadas en ofrecer asistentes virtuales pueden usar otros canales: sus propias apps, navegadores o integraciones directas con clientes.
Además, Meta argumenta que el uso intensivo de estos bots generaba una carga técnica considerable en su infraestructura, lo que justificaba limitar su uso dentro de WhatsApp. La compañía ha anunciado que apelará la decisión del regulador italiano.
¿Una decisión técnica o una estrategia de control?
El caso plantea una cuestión más amplia sobre el papel de las grandes plataformas en el acceso a la inteligencia artificial. WhatsApp es una de las aplicaciones de mensajería más utilizadas del mundo, con más de 2 mil millones de usuarios. Para muchas startups y desarrolladores, es el canal ideal para acercar sus productos a usuarios cotidianos.
Al bloquear a competidores desde la infraestructura, Meta redefine las reglas del juego. No se trata solo de quién ofrece el mejor asistente, sino de quién tiene el control sobre la puerta de entrada a los usuarios. En un momento en que la IA conversacional se perfila como el próximo gran interfaz, esta decisión cobra un peso estratégico.
Lo que viene: Europa observa, otros esperan
La medida italiana podría marcar un precedente legal relevante. Si la Comisión Europea confirma que la política de Meta infringe las normas de competencia, podrían establecerse nuevas restricciones para limitar el poder de las grandes plataformas digitales sobre el ecosistema de la IA.
Para usuarios, desarrolladores y reguladores, este caso es una señal de alerta. La neutralidad de las plataformas, el acceso equitativo a las tecnologías emergentes y el equilibrio entre innovación y competencia serán temas clave en los próximos meses.
Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.