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31 de julio, el British Standards Institution (BSI) lanzará el primer estándar internacional para auditar sistemas de inteligencia artificial (IA), con el objetivo de regular un mercado emergente que el organismo describe como un “salvaje oeste” de proveedores desregulados. El nuevo marco busca garantizar que los procesos de auditoría de IA, empleados en tecnologías tan críticas como vehículos autónomos o diagnósticos médicos, sean fiables, justos, rigurosos e independientes.

Hasta ahora, existen “cientos” de grupos que ofrecen servicios de auditoría de IA, muchos de ellos desarrolladores y auditores al mismo tiempo, situación que genera serias dudas sobre su imparcialidad y profundidad. El sello del BSI aspira a distinguir a quienes realmente cumplen métodos robustos de evaluación frente a quienes ofrecen revisiones superficiales centradas únicamente en aspectos legales aislados, sin un análisis integral del sistema.

Este estándar aparece en un contexto de creciente preocupación corporativa y regulatoria por los potenciales riesgos de la IA. Las empresas buscan asesoramiento no solo para evitar daños reputacionales, sino también para adecuarse al nuevo Reglamento Europeo de IA («EU AI Act») y otras normas emergentes. Según cifras del mercado británico, el sector de la auditoría de IA supera actualmente los 1.000 millones de libras en valor, con firmas especializadas que compiten contra gigantes como las “Big Four”.

Mark Thirlwell, director global digital del BSI, advierte sobre la disparidad entre proveedores: algunos apenas dan “consejos ligeros”, mientras que otros se limitan a verificar un solo aspecto legal. El nuevo estándar aportará coherencia, consistencia y solidez, y facilitará a inversores, reguladores y clientes identificar auditorías fiables.

El sector especializado ha acogido con agrado este impulso. Philip Dawson, de Armilla AI —una firma dedicada a la certificación de IA— destacó que el estándar eleva el nivel del ecosistema al clarificar qué entidades están realmente capacitadas para certificar conforme a normas ISO. Inioluwa Deborah Raji, investigadora de UC Berkeley, puntualiza que la mayoría de auditorías actuales se basan en estándares propietarios sin mecanismos externos de verificación sobre su calidad o inclusividad.

El nuevo estándar BSI es oportuno: en un entorno donde las regulaciones demandan transparencia, responsabilidad ética y detección de sesgos y fallos operacionales, las empresas requieren validaciones creíbles. El mercado de auditoría de IA, aún joven, necesita urgentemente una gobernanza sólida. El sello del BSI permitirá separar actores rigurosos de aquellos cuya oferta se limita a una revisión superficial, impulsando una innovación de IA responsable y confiable.

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