Un reciente informe publicado por las consultoras LLYC y Appinio, recogido por Cadena SER, revela un cambio de paradigma en la manera en que los jóvenes españoles toman decisiones de consumo: el 56% de los encuestados entre 18 y 24 años asegura confiar más en ChatGPT que en influencers a la hora de decidir qué comprar. Esta cifra supone un punto de inflexión en el ecosistema digital de influencia, hasta ahora dominado por creadores de contenido humanos.
El informe, titulado “La nueva influencia”, se basa en encuestas realizadas en España durante 2025, y examina el papel que juegan la inteligencia artificial y las redes sociales en la configuración de las preferencias de compra. Entre los hallazgos más destacados se encuentra que más del 80% de los jóvenes utiliza habitualmente herramientas de IA para informarse sobre productos, mientras que solo un 44% confía en las recomendaciones de influencers.
Este fenómeno refleja una creciente percepción de objetividad y utilidad en los sistemas de IA, frente a la imagen cada vez más cuestionada de los influencers como agentes de marketing interesados. La transparencia —o la ilusión de ella— que proyecta una herramienta como ChatGPT, junto con su capacidad de personalización y rapidez, parecen haber calado hondo en las nuevas generaciones.
Además, el estudio indica que el 60% de los jóvenes considera que los influencers “no son creíbles” cuando promocionan productos, y el 72% opina que sus contenidos están “demasiado dirigidos por intereses comerciales”. Frente a ello, ChatGPT y otras plataformas de IA generativa son vistas como herramientas que aportan respuestas más informadas, comparativas y adaptadas a necesidades concretas.
Este cambio de preferencia no implica necesariamente la desaparición del marketing de influencia, pero sí obliga a una transformación profunda. Como apunta David González Natal, socio y director general de LLYC, “estamos asistiendo al nacimiento de una nueva forma de influencia, en la que la autoridad ya no viene de la celebridad, sino del conocimiento y la utilidad”.
También se desprende del estudio que las marcas están empezando a adaptar sus estrategias, invirtiendo en formatos donde la IA actúa como intermediario entre el consumidor y el producto. Algunas ya exploran colaboraciones con herramientas como ChatGPT para generar recomendaciones personalizadas o guías de compra interactivas.
Este giro en el comportamiento de los jóvenes consumidores no solo desafía a los creadores de contenido, sino también a las plataformas sociales y a las marcas, que deberán replantearse el tipo de relación que quieren construir con sus audiencias. El “influencer del futuro”, parece decirnos este informe, no tiene rostro, pero sí una enorme base de datos.
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