Sam Altman escribió en X “Pronto podrás personalizar el tono y la personalidad de ChatGPT. Y para nuestros usuarios adultos que deseen una IA erótica (y estén dispuestos a verificar su edad), eso también llegará.” La frase fue breve, pero el eco no tardó en expandirse. El CEO de OpenAI anunciaba así un doble movimiento, más personalización en la voz de la IA y la posibilidad de activar un modo erótico, solo disponible para adultos verificados.
We made ChatGPT pretty restrictive to make sure we were being careful with mental health issues. We realize this made it less useful/enjoyable to many users who had no mental health problems, but given the seriousness of the issue we wanted to get this right.
Now that we have…
— Sam Altman (@sama) October 14, 2025
Ajustar el tono, sin tocar el motor
OpenAI ha confirmado que los usuarios podrán adaptar el estilo de respuesta de ChatGPT, más informal, más directo, con guiños emocionales o un tono más técnico. No se trata de reprogramar la IA, sino de ajustar su «voz». Las reglas internas seguirán siendo las mismas, pero la presentación se personaliza.
Es una extensión de lo que ya existe hoy, ChatGPT ofrece perfiles de «personalidad» que alteran el tono, no el contenido. Según la documentación oficial, esta función no cambia los filtros ni la información, solo el envoltorio comunicativo.
Modo erótico para mayores de edad
El aspecto que ha generado más titulares es que, según Reuters, a partir de diciembre de 2025, los usuarios verificados como adultos podrán activar un modo de conversación erótica. No estará activo por defecto. Requerirá una verificación de edad que OpenAI aún no ha detallado. Según Reuters, esta opción permitirá que el modelo mantenga diálogos con contenido sexual si el usuario lo solicita expresamente. Altman ha insistido en que se hará solo bajo demanda y con controles para evitar accesos indebidos.
Datos sensibles y mecanismos de protección
OpenAI afirma que aplicará salvaguardas adicionales en estas funciones. Si el sistema detecta señales de angustia o temas sensibles, pasará automáticamente a un modo más seguro. Se incorporarán filtros contextuales para evaluar cada conversación. No es la primera vez que se enfrentan a este dilema, en abril de 2025, un fallo permitió que menores accedieran a contenido explícito por error. La empresa aseguró haber corregido el problema. También en febrero se relajaron las normas de contenido para permitir descripciones sexuales en contextos creativos, históricos o educativos.
Libertad creativa o frontera difusa
La apertura a este tipo de contenido plantea tensiones. Por un lado, algunos usuarios reclaman mayor libertad para contar historias sin censura automática. Por otro, especialistas en salud mental advierten que la relación emocional con una IA puede volverse dependiente, especialmente en contextos de soledad o vulnerabilidad. También está la cuestión legal: ¿qué implica que una empresa con sede en EE. UU. permita contenido sexual conversacional? ¿Cómo se regula el consentimiento entre humano y modelo? Las leyes no están diseñadas para este tipo de interacción.
Ecos internacionales y una conversación que empieza
El modelo Grok, desarrollado por xAI (la empresa de Elon Musk), ya implementó un modo visual llamado spicy, que permite generar imágenes y vídeos con desnudos y escenas sexualizadas. Esta función provocó una oleada de críticas tras descubrirse que podía ser utilizada para crear deepfakes y contenido no solicitado.
El caso Grok sirve como espejo y advertencia. Mientras OpenAI se prepara para introducir conversaciones eróticas en formato texto, Grok explora caminos similares en lo visual. Las reacciones regulatorias y los errores detectados en spicy mode anticipan los retos que vendrán: cómo evitar abusos, cómo aplicar filtros robustos, cómo definir el consentimiento en una interacción con IA.
Medios como The Verge, Reuters o Business Insider han recogido el anuncio de Altman como un giro importante. Mientras, foros de desarrolladores discuten ya si debería existir un modo aún más explícito, con menos restricciones, para usuarios que lo soliciten. OpenAI insiste que no se trata de abrir la veda, sino de confiar en el criterio adulto del usuario. Pero el debate está servido. La línea entre una IA asistente y una IA confidente, incluso cómplice, se vuelve cada vez más delgada.
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