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Jack Dorsey, creador de Twitter, vuelve a sorprender con Bitchat, una app de mensajería que funciona sin internet, Wi‑Fi ni redes móviles. Nació como una prueba improvisada, un experimento de fin de semana que, sin grandes planes, fue tomando forma hasta convertirse en una beta abierta a 10 000 usuarios en iPhone y Mac. Su misión es clara, permitir comunicarte a oscuras, sin dejar huellas en servidores centrales.

La tecnología que opera en la sombra

Bitchat se basa en redes malla Bluetooth Low Energy. Cada móvil es al mismo tiempo emisor y receptor; los mensajes “saltan” de dispositivo a dispositivo en un efecto dominó. El alcance típico es 30 m, pero los nodos intermedios pueden prolongar el mensaje hasta unos 300 m. Todos los mensajes se dividen en pequeños fragmentos (chunks de 500 bytes), se envían cifrados y se borran tras un tiempo.

Una promesa de privacidad y simplicidad

No hay cuentas, no hay registros, ni correos, ni teléfonos. Sólo tu dispositivo, el mensaje y su destino. Todo va cifrado —X25519 para intercambio de claves y AES‑256‑GCM para los textos— y se autodestruye al salir de la app. Las salas temáticas, con hashtag y contraseña, recuerdan a los viejos chats IRC, donde bastaba con elegir un canal por nombre para entrar en conversaciones colectivas, sin necesidad de perfiles ni registros.

El escenario donde sobresale

Bitchat se piensa para festivales, cortes de luz, protestas o territorios con censura. En esos entornos, incluso sin infraestructura, el mensaje sigue viajando. Cada dispositivo actúa también como almacén temporal, repitiendo mensajes a quienes se conectan dentro de doce horas, o indefinidamente si son contactos favoritos.

Tensiones y preguntas que surgen

El alcance físico sigue siendo limitado. Aunque la red malla puede extender la señal hasta unos 300 m gracias a dispositivos intermedios, la comunicación sigue confinada a entornos locales y no alcanza cobertura regional o global.

Además, el ritmo de las conversaciones puede verse afectado. Al dividir los mensajes en pequeños fragmentos que se transmiten por Bluetooth, los intercambios complejos o con archivos pueden volverse más lentos o interrumpidos.

No es la primera vez que se intenta algo así. Aplicaciones como FireChat y Bridgefy ya exploraron este tipo de comunicación descentralizada durante protestas en distintas partes del mundo. La diferencia es que ahora Bitchat refuerza el anonimato con cifrado más robusto y elimina la necesidad de identificarse, apostando por un modelo sin cuentas ni rastros.

Hacia dónde camina

Dorsey ha adelantado que se planea añadir soporte para Wi‑Fi Direct, aumentando tanto alcance como velocidad. Tampoco se sabe cuándo llegará Android: por ahora la versión beta es exclusiva de iOS/macOS y está en revisión antes del lanzamiento general.

Bitchat no viene a reemplazar WhatsApp, Telegram o Signal. Se propone como una alternativa local, privada y resistente, donde cada persona se convierte en nodo de una red sin fronteras digitales.

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