Skip to main content

A inicios de 2025, la startup china DeepSeek sacudió el panorama global de la inteligencia artificial. Su modelo DeepSeek‑R1 y el chatbot gratuito lanzado el 10 de enero no solo se posicionaron rápidamente como competidores de modelos de alto calibre, como GPT‑4, sino que además lo hicieron con una eficiencia de coste muy superior. Según datos de Reuters, se entrenó con un presupuesto aproximado de 6 M USD, frente a los cerca de 100 M USD estimados para GPT‑4. En apenas dos semanas, DeepSeek superó a ChatGPT como la app gratuita más descargada en la App Store de EE.UU., hasta catalizar un “momentum Sputnik” dentro de la industria. 

Esta irrupción tuvo repercusiones inmediatas en los valores bursátiles: las acciones de Nvidia, esencial para la infraestructura de entrenamiento de IA, cayeron notablemente. Sin embargo, el éxito de DeepSeek no estuvo exento de críticas: diversas investigaciones revelaron que su modelo presentaba vulnerabilidades serias, especialmente frente a ataques de «prompt injection«, y alcanzaba tasas de éxito de ataque superiores al 100 % en algunos escenarios. A su vez, se detectaron riesgos de privacidad, envíos de datos a servidores en China y mecanismos de censura alineados con regulaciones estatales, lo que despertó la atención de autoridades en Italia, Australia y EE.UU.

Estas amenazas llevaron a OpenAI a implementar una respuesta inmediata. Mediante medidas drásticas, se reforzaron los controles internos: análisis biométricos (huella dactilar), protocolos de seguridad de tipo militar, acceso limitado según proyecto, aislamiento de redes internas y políticas restrictivas de conectividad. La contratación de expertos en seguridad, entre ellos el ex general Paul Nakasone y el CISO Dane Stuckey, reflejan el nivel de alerta en la compañía. Según el Financial Times, estas acciones formarían parte de una tendencia global para proteger la propiedad intelectual ante posibles amenazas de espionaje y filtraciones.

En paralelo, OpenAI acelera el desarrollo de sus nuevos modelos. Además de lanzar el modelo intermedio o3‑mini, más eficiente y diseñado para razonamiento STEM, se ha insinuado el inminente arribo de GPT‑4.5 y GPT‑5. Sam Altman reconoció que DeepSeek‑R1 había sido “impresionante” y que OpenAI debía responder con modelos más potentes. Según fuentes especializadas, GPT‑5 buscará mejorar el razonamiento complejo, la personalización avanzada y la eficacia operativa, al tiempo que refuerza elementos de seguridad y ética.

En este contexto, la rivalidad entre EE.UU. y China por la supremacía en IA adquiere un nuevo impulso: DeepSeek demuestra que es posible avanzar tecnológicamente con menos recursos económicos y hardware, incluso bajo restricciones severas; OpenAI, por su parte, refuerza su política interna y acelera desarrollos para mantener su posición de liderazgo.

El pulso entre DeepSeek y OpenAI no solo define nuevos parámetros técnicos, sino que también plantea desafíos regulatorios, de privacidad y geopolíticos. A medida que DeepSeek continúa creciendo y OpenAI afina su próxima oleada de modelos, el escenario de la IA global se sitúa, una vez más, en un punto de inflexión.

Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.

Dejar un comentario