Un tesoro de valor incalculable, la única biblioteca del mundo clásico que ha sobrevivido intacta hasta nuestros días, permanecía en silencio, sepultada bajo las cenizas del Vesubio. Los papiros de Herculano, carbonizados en la erupción del año 79 d.C., representan una ventana única a la literatura y filosofía de la antigüedad. Sin embargo, el mismo evento que los preservó de la descomposición los convirtió en artefactos increíblemente frágiles, quebradizos como el carbón e imposibles de leer. Durante casi tres siglos, desde su descubrimiento, cualquier intento de desenrollarlos con métodos físicos conllevaba un riesgo altísimo de destrucción, reduciendo a menudo a polvo estos frágiles vestigios del pasado.

Imagen: Sara Stabile, Francesca Palermo, Inna Bukreeva, Daniela Mele, Vincenzo Formoso, Roberto Bartolino & Alessia Cedola, CC BY 4.0, via Wikimedia Commons
Esta historia de frustración ha impulsado una búsqueda constante de una solución no invasiva. Hoy, nos encontramos en un punto de inflexión histórico gracias a una sinergia tecnológica sin precedentes. Por un lado, una técnica de imagenología avanzada, la tomografía computarizada de rayos X (XCT), permite obtener un mapa tridimensional detallado del interior de los rollos sin tocarlos. Pero esta tecnología, por sí sola, no podía resolver el enigma final: la tinta, también a base de carbón, era prácticamente invisible. Aquí es donde entra en juego la inteligencia artificial (IA), que actúa como el elemento que potencia y da sentido a esos datos. A través de complejos algoritmos de aprendizaje automático, la IA está aprendiendo a «leer» la tinta fantasma, desvelando finalmente los secretos que estos papiros han guardado durante dos milenios.
Tomografía de rayos X, el mapa digital de lo invisible
Para comprender cómo logramos leer lo ilegible, primero debemos entender la herramienta que nos permite «ver» dentro de los rollos carbonizados: la tomografía computarizada de rayos X (XCT) de alta resolución. Pensemos en ella como un escáner médico avanzado, pero con una potencia miles de veces superior. Su función es crear una representación digital tridimensional increíblemente detallada del papiro enrollado, capa por capa, sin necesidad de abrirlo físicamente.

A computational platform for the virtual unfolding of Herculaneum Papyri. Sara Stabile, Francesca Palermo y otros.
La figura muestra una representación simplificada de la malla: la densidad de triángulos es menor que en el mallado real para facilitar la visualización.
El principal obstáculo es que tanto el papiro como la tinta utilizada en la antigüedad están hechos a base de carbono. En un escaneo de rayos X convencional, ambos materiales tienen una densidad casi idéntica, lo que hace que la tinta sea prácticamente indistinguible del fondo, como una palabra escrita con agua sobre papel mojado. Para superar esto, los escaneos se realizan en instalaciones especializadas llamadas sincrotrones, como el Diamond Light Source en el Reino Unido. Estos aceleradores de partículas generan haces de rayos X de una intensidad y coherencia extraordinarias, capaces de detectar diferencias minúsculas en la estructura del material a una resolución de micrómetros.
El resultado de este proceso es un gigantesco conjunto de datos 3D: un «gemelo digital» de alta fidelidad que mapea con precisión cada fibra, pliegue y fractura dentro del rollo. Sin embargo, esta tecnología, por sí sola, solo nos entrega el mapa; el tesoro —el texto— sigue oculto en su interior, esperando a un intérprete capaz de descifrarlo.
IA, la inteligencia que lee la tinta fantasma
Aquí es donde la sinergia se vuelve transformadora. Si la tomografía de rayos X (XCT) nos proporciona el mapa del tesoro, la inteligencia artificial (IA) es el traductor experto que nos permite leerlo. Los modelos de aprendizaje automático (Machine Learning) han sido entrenados para lograr lo que el ojo humano y los análisis convencionales no pueden: «ver» la tinta fantasma.
El avance crucial fue descubrir que la IA no necesita buscar diferencias de densidad. En cambio, ha aprendido a detectar patrones mucho más sutiles: los cambios microscópicos en la textura y la topografía que la tinta, al secarse, dejó sobre la superficie de las fibras del papiro hace dos milenios. Es como si la tinta hubiera creado un «relieve» minúsculo, invisible para nosotros, pero identificable para un algoritmo entrenado. Algunas descripciones comparan esta sutil textura con el patrón de «pintura descascarada» o «barro agrietado».
Para enseñar a la IA esta habilidad, los investigadores utilizaron un proceso de entrenamiento supervisado. Le mostraron miles de ejemplos de pequeños fragmentos de papiros que ya habían sido abiertos físicamente en el pasado, donde la tinta era visible. Al alinear las imágenes de rayos X de estos fragmentos con fotografías de la tinta real, el algoritmo aprendió a asociar los sutiles patrones texturales de los datos XCT con la presencia confirmada de escritura. De este modo, la IA no está «adivinando», sino reconociendo patrones aprendidos. Esta capacidad de la IA para interpretar los datos del XCT es lo que convierte un mapa estructural en un texto legible, desbloqueando por fin el contenido de los rollos.
Vesuvius challenge y las voces rescatadas
La prueba de fuego para esta revolucionaria combinación de tecnologías ha sido el Vesuvius challenge, una competición global lanzada en 2023. Impulsada por pioneros como el Dr. Brent Seales de la Universidad de Kentucky, Nat Friedman (ex CEO de GitHub) y Daniel Gross, la iniciativa ofreció más de un millón de dólares en premios para incentivar a talentos de todo el mundo a descifrar los rollos.
La metodología fue un ejemplo de ciencia abierta: los organizadores proporcionaron los escaneos 3D de alta resolución de varios rollos y los participantes desarrollaron y compartieron sus algoritmos para abordar los dos grandes retos: la segmentación (el «desenrollado virtual» de las capas internas aplastadas) y la detección de tinta.

Salida del modelo de detección de tinta revelando el título, con letras transcritas superpuestas. (2025 Vesuvius Challenge)
El clímax llegó a finales de 2023, cuando un equipo internacional formado por Youssef Nader, Luke Farritor y Julian Schilliger ganó el gran premio. Utilizando sus modelos de IA, lograron leer por primera vez varios pasajes de texto del interior de un rollo completamente cerrado. El texto, atribuido al filósofo epicúreo Filodemo de Gádara, reflexiona sobre el placer, la música y la comida, con frases como: «no creemos de inmediato que las cosas escasas sean absolutamente más placenteras que aquellas que son abundantes». Antes de este gran hito, Luke Farritor ya había hecho historia al ser el primero en identificar una palabra completa, «πορφύρας» (pórphuras), que significa «púrpura», un logro que demostró que el objetivo era posible y desató el optimismo en toda la comunidad.
Implicaciones amplias y contexto global
El éxito en Herculano es solo el comienzo. La capacidad de leer textos antiguos que se creían perdidos para siempre tiene el potencial de revolucionar los estudios clásicos, pudiendo sacar a la luz obras desconocidas de grandes filósofos, historiadores o poetas. La tecnología ya había demostrado su valía en un precedente clave: el rollo de En-Gedi, un artefacto hebreo carbonizado que, gracias al desenrollado virtual, reveló ser la copia más antigua conocida del Libro de Levítico hallada en un Arca Sagrada.

Imagen del antiguo manuscrito de En-Gedi. This image was given with courtesy of Israel Antiquities Authority
Estos avances ofrecen esperanza para lo que se ha denominado la «biblioteca invisible»: la inmensa cantidad de manuscritos y documentos históricos de diversas culturas que hoy son demasiado frágiles para ser leídos. Aunque el liderazgo tecnológico del Vesuvius Challenge ha estado centrado en Estados Unidos, el proyecto es intrínsecamente global. Los rollos son propiedad de instituciones europeas como el Institut de France , el escaneo se realiza en el sincrotrón Diamond Light Source del Reino Unido , y un panel de eminentes papirólogos, muchos de ellos europeos, es el encargado de validar e interpretar los textos recuperados. Además, proyectos paralelos en Europa, como «GreekSchools» de la Universidad de Pisa, utilizan otras tecnologías ópticas para releer papiros ya abiertos, logrando recientemente identificar la posible ubicación de la tumba de Platón. El futuro es claro: seguir descifrando los cientos de rollos restantes e, idealmente, inspirar nuevas excavaciones en la Villa de los Papiros, donde podrían aguardar miles de textos más.
Releyendo la antigüedad en la era digital
El desciframiento de los papiros de Herculano marca un hito en la intersección de las humanidades y la tecnología punta. Lo que durante siglos fue un sueño inalcanzable, hoy se está convirtiendo en una realidad tangible gracias a la poderosa sinergia entre la tomografía de rayos X de alta resolución y la inteligencia artificial. La primera nos da un mapa tridimensional de una precisión asombrosa; la segunda, la inteligencia para interpretarlo y resucitar las voces del pasado.
El Vesuvius Challenge ha demostrado, además, el extraordinario poder de un nuevo modelo de ciencia: abierto, colaborativo y global, donde la «ciencia ciudadana» impulsada por premios moviliza el talento colectivo para resolver problemas que parecían insuperables. El legado de este proyecto no serán solo los textos recuperados, sino también las herramientas y métodos que permitirán seguir explorando nuestro patrimonio cultural.
No estamos ante una tecnología que reemplaza a los expertos, sino que potencia su trabajo, dándoles una nueva lente para mirar al pasado. Al aprender a leer estos frágiles ecos de la antigüedad, no solo enriquecemos nuestro conocimiento sobre la filosofía o la vida cotidiana en el mundo romano; también reafirmamos nuestra capacidad para usar la innovación de manera creativa y construir puentes hacia nuestra historia compartida. La era digital nos ha brindado, por fin, una forma de escuchar lo que las cenizas nos han estado susurrando durante dos milenios.
