Duolingo, conocida por transformar el aprendizaje de idiomas con tecnología gamificada, se enfrenta hoy a un desafío que viene desde el mismo lugar donde apostó su futuro: la inteligencia artificial. Con la llegada de GPT-5, el modelo más reciente de OpenAI, la plataforma educativa se encuentra en una posición delicada: lo que fue su gran apuesta podría convertirse en su competencia más poderosa.
Según Xataka, GPT-5 ya está superando en eficiencia y coste a otros modelos líderes, y se posiciona como una solución ideal para empresas que buscan capacidades avanzadas sin depender de múltiples herramientas. En concreto, el modelo destaca en tareas como generación de código, diseño, planificación y resolución de problemas complejos. Esto sitúa a plataformas como Duolingo —que basan su oferta en tutores virtuales y procesos automatizados— en una situación precaria.
El problema no es solo técnico, sino también estructural. GPT-5 se ha convertido en el modelo por defecto de ChatGPT, incluso en su versión gratuita, lo que democratiza el acceso a una inteligencia conversacional que antes estaba reservada a modelos premium. Esto erosiona parte del valor diferencial de Duolingo, especialmente su asistente de IA DuoMax, que hasta hace poco se presentaba como una propuesta avanzada dentro de su oferta “Super” o de pago.
La amenaza no es solo una cuestión de software. OpenAI y otras empresas ya exploran modelos educativos propios, verticales o integrados en entornos laborales, lo que podría dejar a Duolingo en un limbo: demasiado especializada para competir con generalistas como GPT-5, pero sin el músculo para diferenciarse radicalmente. En este sentido, lo que antes fue una ventaja —la temprana adopción de IA— puede volverse un talón de Aquiles.
Este contexto da nueva luz a la polémica generada meses atrás cuando Luis von Ahn, CEO de Duolingo, declaró que la empresa era “AI-first”, automatizando cualquier tarea antes de contratar. Como reportó Paréntesis, ese enfoque generó un fuerte ruido digital y críticas por el desplazamiento de traductores freelance, aunque la empresa negó despidos internos.
Duolingo ha intentado contrarrestar la percepción de deshumanización con iniciativas como los “f-r-A-I-days” —jornadas internas para explorar usos creativos de IA sin sustituir talento—, pero el mercado se mueve más rápido que las buenas intenciones. Si GPT-5 continúa ampliando sus capacidades y reduciendo costes, las empresas que basan su propuesta en experiencias automatizadas deberán encontrar nuevas formas de justificar su valor frente a modelos generalistas que hacen “todo para todos”.
El dilema de Duolingo no es exclusivo: plantea una pregunta que resonará en todo el sector edtech. ¿Cómo competir con una IA que puede replicar —y en algunos casos superar— la experiencia de una app especializada? La respuesta, si existe, deberá combinar identidad, diferenciación y una visión clara del papel humano en la educación futura.
Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.