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OpenAI ha confirmado una de sus peores brechas de seguridad hasta la fecha. Durante las últimas semanas, miles de usuarios han recibido correos electrónicos alertando de que sus datos personales han sido filtrados. Correos, nombres, ubicaciones aproximadas y patrones de uso quedaron expuestos tras un acceso no autorizado que no ocurrió dentro de OpenAI, sino en uno de sus proveedores externos: Mixpanel.

La grieta no estaba en OpenAI

El 9 de noviembre de 2025, Mixpanel detectó un acceso sospechoso a sus sistemas. Dos semanas después, informó a OpenAI que los datos de usuarios vinculados al uso de sus API también se habían visto comprometidos. El incidente no afectó a los usuarios del chat convencional, sino a quienes usaban las herramientas de OpenAI en aplicaciones, webs o integraciones propias.

Mixpanel es un servicio de analítica que ayuda a empresas a entender cómo se utilizan sus productos. Entre los datos filtrados hay direcciones de correo, nombres de cuentas, identificadores técnicos, ubicaciones aproximadas y registros de uso. Aunque no se expusieron contraseñas, claves API, ni historiales de conversación, la información robada puede ser suficiente para lanzar ataques de phishing o suplantación de identidad.

Qué tipo de datos estaban en juego

Los datos afectados no son especialmente sensibles por sí solos, pero en conjunto dibujan un perfil claro de los usuarios. Saber qué navegador usan, desde dónde acceden y con qué frecuencia lo hacen puede servir como punto de partida para campañas dirigidas. La brecha no afectó a los modelos de lenguaje ni al contenido de las conversaciones, pero sí a los metadatos que los rodean. Esa capa invisible que, en muchas ocasiones, dice más que las propias palabras.

Cuando el eslabón débil está fuera de foco

La clave del incidente está en su origen: un proveedor externo. OpenAI no fue atacada directamente, pero su ecosistema sí. La dependencia de terceros es común en cualquier plataforma digital. Servicios de analítica, optimización, almacenamiento o seguridad operan detrás del telón. Lo que ocurrió con Mixpanel ilustra cómo esas piezas pueden convertirse en una grieta de alcance global.

No es el primer incidente relacionado con OpenAI en 2025. Este mismo año, investigadores demostraron que ciertas configuraciones de ChatGPT podían revelar datos internos si se manipulaban las instrucciones correctamente. También se han documentado casos de conversaciones públicas que fueron indexadas por buscadores, sin que los usuarios lo supieran.

¿Qué pueden hacer los usuarios ahora?

OpenAI ha enviado notificaciones a las cuentas afectadas. Recomienda estar atentos a intentos de phishing, usar autenticación en dos pasos cuando sea posible y revisar qué tipo de permisos se han concedido a aplicaciones conectadas. Para empresas que integran la API de OpenAI, el incidente es una llamada de atención. No basta con proteger el sistema propio si los aliados digitales no están igual de blindados.

Un recordatorio desde las sombras de la nube

El caso Mixpanel-OpenAI deja una lección visible, lo invisible también falla. Usamos plataformas que parecen robustas, pero cuya estabilidad depende de una red de servicios encadenados. Basta una fisura en uno de ellos para que los datos circulen sin control. Y aunque esta vez los daños sean limitados, el precedente ya está ahí. Porque en el mundo digital, la confianza no se rompe con un ataque directo, sino con una grieta pequeña en el sitio menos esperado.

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