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Durante siglos, el arte de construir ha sido un pilar de la civilización, dando forma a nuestro entorno con habilidad y materiales robustos. Hoy, esta noble tradición se encuentra en el umbral de una nueva era de posibilidades creativas, lista para ser amplificada por la tecnología. Nos adentramos en una transformación donde la construcción no solo evoluciona, sino que se reinventa, abriendo horizontes antes inimaginables en términos de diseño, eficiencia y sostenibilidad.

Primera urbanización de casas impresas en 3D en América Latina, en Tabasco, México, impulsada por la empresa social mexicana ÉCHALE. Imágenes de Joshua Perez publicadas en diferentes medios.

Esta revolución está siendo impulsada por la sinergia de dos fuerzas tecnológicas clave. Primero, la Inteligencia Artificial (IA), que emerge como un «socio algorítmico». A través del diseño generativo, la IA actúa como un colaborador infatigable, capaz de explorar centenares de soluciones de diseño en muy poco tiempo. Esto permite optimizar las estructuras para que sean más ligeras, eficientes y sostenibles, a menudo inspirándose en las formas optimizadas de la propia naturaleza.

En segundo lugar, la visión del arquitecto, ahora potenciada por la IA, cobra vida gracias a la fabricación robótica: un equipo de «constructores» de precisión que incluye impresoras 3D gigantes, brazos ensambladores y drones de inspección. Esta combinación, donde la IA potencia y los robots ejecutan, no es una promesa futura. Ya está permitiendo crear desde componentes de avión un 50% más ligeros hasta las primeras comunidades de viviendas seguras impresas en 3D, tanto de tipo social como de viviendas de lujo.

IA como herramienta de optimización para el arquitecto

Para entender esta sinergia, debemos analizar primero la Inteligencia Artificial en su aplicación más práctica: el diseño generativo. Lejos de ser un «creador» autónomo, funciona como un potente amplificador de la habilidad técnica y la visión del arquitecto.

El proceso sigue estando centrado en el ser humano. El arquitecto actúa como el «director creativo», estableciendo la «intención» del diseño. Esto se traduce en introducir en el sistema un conjunto de parámetros, restricciones y objetivos muy concretos: desde las leyes de la física y las normativas de construcción hasta metas de sostenibilidad, como la exposición solar deseada o la eficiencia estructural.

Proyecto de viviendas unifamiliares en Austin, Texas, impulsado por la empresa norteamericana ICON de impresión 3D


impresión 3D de la estructura de soporte de TECLA, El diseño es de MC A – Mario Cucinella Architects, y la impresión de la empresa WASP. Imagen de   Alfredo Milano Drone views https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=105574837

Es aquí donde la IA demuestra su valor como «socio». En lugar de poder probar solo un puñado de ideas, el arquitecto puede utilizar la IA para generar y analizar centenares de soluciones de diseño viables . La IA no inventa formas al azar; prueba y valida rigurosamente cada opción contra los objetivos que el humano estableció.

El sistema presenta al arquitecto un «menú» de las soluciones de mayor rendimiento, permitiéndole tomar decisiones informadas con una base de datos que antes era prácticamente imposible de obtener. Puede, por ejemplo, identificar el diseño que es simultáneamente más barato, más ligero y con menor huella de carbono. Esta capacidad de «súper-optimización” es una de las claves que potencia al arquitecto.

Los robots que construyen la visión del arquitecto

La visión optimizada del arquitecto necesita un equipo capaz de materializarla con precisión. Aquí entra en juego  la fabricación robótica, cuyo exponente más conocido es la Impresión 3D de Construcción (3DCP).

Estas impresoras gigantes, como las desarrolladas por empresas como ICON o COBOD, extruyen capas de materiales avanzados —como el Lavacrete o geopolímeros bajos en carbono — para levantar muros estructurales. Su primera ventaja es obvia: la velocidad, con la capacidad de imprimir las paredes de una casa en tan solo 24 horas.

Impresora 3D en operación. Se trata del modelo TITAN de la empresa ICON.

Sin embargo, su verdadero poder reside en la sinergia con la IA. La fabricación aditiva (añadir material solo donde se necesita) elimina la necesidad de encofrados, la principal fuente de residuos de una obra, pudiendo reducir el desperdicio hasta en un 60%. Además, libera a la arquitectura de la «tiranía del ángulo recto». Formas curvas y orgánicas, optimizadas por la IA pero prohibitivamente caras con métodos tradicionales, ahora se pueden construir sin coste adicional.

Este equipo robótico se complementa con drones de inspección que verifican la calidad en tiempo real y brazos robóticos que instalan ventanas con precisión milimétrica, todos coordinados para ejecutar la visión del arquitecto.

Casos prácticos: la prueba de una realidad escalable

La eficacia de esta colaboración se demuestra mejor en los proyectos tangibles que ya están escalando a nivel global, demostrando su viabilidad social, comercial y regulatoria. Quizás la demostración más poderosa de esta colaboración no es un rascacielos de lujo, sino un proyecto que aborda una necesidad humana fundamental. En 2019, en Tabasco, México, se entregaron las primeras viviendas de la primera comunidad impresa en 3D del continente americano.

Casa del proyecto Mvule Gardens, en Kenia. Imagen de Innovators Magazine.

Y este enfoque social que vimos en Tabasco  continúa con fuerza. Otro ejemplo es en este caso en Kenia, el proyecto Mvule Gardens un proyecto piloto referente  de vivienda asequible de África, con 52 casas impresas en menos de 48 horas cada una, reduciendo costes en un 35% y emisiones en un 40% mediante el uso de materiales locales.

Por otra parte, y ya en el ámbito de viviendas de lujo, En Austin, Texas, la empresa ICON ha desarrollado una serie de proyectos para casas unifamiliares, basados en impresión 3D; 

Pero la tecnología también ha demostrado su viabilidad comercial a gran escala. Este proyecto valida un modelo de construcción dos veces más rápido y un 30% más económico que los métodos tradicionales.

Finalmente, la tecnología ha alcanzado la madurez regulatoria. En 2024, un proyecto de vivienda social en Irlanda completó las primeras unidades impresas en 3D del país, cumpliendo con las estrictas normativas de construcción europeas (ISO), demostrando una reducción de tiempo del 35% y validando su replicabilidad legal.

Más allá del ejemplo – coordinación avanzada: el gemelo digital

El potencial de la sinergia IA-Robótica va mucho más allá de la impresión de muros. El verdadero salto reside en la capacidad de la IA para actuar como el «director de obra digital» de todo el proceso constructivo, utilizando un Gemelo Digital (Digital Twin) como su cerebro central.

Herramienta VULCAN de impresión 3D. Imagen de ICON.

Este Gemelo Digital es una réplica exacta y viva de la obra. La IA no solo lo usa para simular y optimizar la visión del arquitecto antes de empezar, sino que lo actualiza en tiempo real. Proyectos de mayor escala, como viviendas de lujo de 380 m² (Proyecto AlphaBeta Z), ya se completan en la mitad de tiempo (cinco meses) porque la IA coordina todas las fases.

Imagen de las viviendas del proyecto AlphaBeta Z, dentro de un proyecto impulsado por ICON en Austin, Texas.

En este escenario, la impresora 3D es solo uno de los obreros de precisión. La IA puede coordinar simultáneamente a otros robots: un robot albañil como Hadrian X, capaz de levantar muros de ladrillo de forma autónoma, o brazos robóticos de precisión que instalan módulos de fachada prefabricados. Centros de investigación punteros como ETH Zurich ya exploran robots que construyen con tierra local excavada o incluso con escombros, apuntando a una construcción totalmente circular y automatizada.

Imagen del robot Hadrian X en operación.

El futuro de la construcción

La colaboración entre el arquitecto y su «socio algorítmico» ya ha comenzado. El uso de la inteligencia artificial como herramienta de optimización de diseño y de la robótica como brazo ejecutor de alta precisión no es una promesa de ciencia ficción, sino una realidad tangible que está resolviendo problemas en la actualidad.

Como hemos visto, esta sinergia aborda los mayores desafíos de una industria centenaria. Permite una velocidad y un ahorro radicales, con reducciones de costes de hasta el 50% y de tiempo de hasta el 70% . Impulsa una sostenibilidad sin precedentes, reduciendo los residuos de obra hasta en un 60% y abriendo la puerta a materiales ecológicos. Y, fundamentalmente, mejora la seguridad humana, delegando las tareas peligrosas y físicamente agotadoras a los robots, y elevando el papel del trabajador humano al de supervisor técnico cualificado.

El impacto de esta revolución es profundo. Demuestra una paradoja inspiradora: la tecnología más sofisticada no solo sirve para crear formas arquitectónicas asombrosas o componentes aeroespaciales más eficientes, sino que se está desplegando como una herramienta fundamental para proporcionar viviendas seguras y dignas a las familias más vulnerables del planeta.

Doctor Ingeniero en Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Catalunya y MBA en ESADE

Pere Vila Fumás

Actualmente, es mentor en la adopción de tecnologías de IA en la industria.

Doctor Ingeniero en Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Catalunya y MBA en ESADE. Actualmente es mentor en la adopción de tecnologías de IA en la industria.
Pere Vila Fumas

Doctor Ingeniero en Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Catalunya y MBA en ESADE. Actualmente es mentor en la adopción de tecnologías de IA en la industria.

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