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ElevenLabs lanza Eleven Music, un generador de canciones con inteligencia artificial que asegura estar listo para el uso comercial. Basta una frase para que la máquina devuelva una pista completa, con letra, música y voz. El proceso no requiere estudio, ni músico, ni intermediarios.

Del texto a la pista, sin pasar por el estudio

La herramienta traduce descripciones en canciones. Se elige el idioma y se describe el tono, el género, los instrumentos o el ritmo. El sistema compone la pieza en segundos. También permite editar secciones específicas como cambiar letra, ajustar la intensidad o modificar el final. Se puede pedir solo melodía, solo voz, o ambas.

Catálogo indie, por ahora

La IA se entrena con música licenciada gracias a acuerdos con Merlin y Kobalt, dos plataformas que agrupan catálogos independientes. Eso incluye estilos vinculados a artistas como Adele, Bon Iver o Nirvana, aunque cada canción requiere consentimiento explícito. No hay rastro, por ahora, de Universal, Sony o Warner. La ausencia de majors limita el alcance, pero reduce el litigio.

Licencias

La promesa es música utilizable en cine, videojuegos, publicidad o redes. Pero el acceso depende del plan. Solo las suscripciones más altas permiten uso comercial sin restricciones. El resto tiene límites de duración, resolución o tipo de medio. En los planes básicos, la música suena bien, pero no vuela sola.

Contenido filtrado, IA vigilada

Las canciones se generan a partir de pistas de calidad profesional (44,1 kHz) y con filtros activos. No se aceptan prompts con nombres de artistas, títulos de álbumes o referencias explícitas. También se bloquea contenido violento, ofensivo o que intente imitar obras reconocibles. El entrenamiento, dicen, solo incluye material con permiso.

El conflicto que no se escucha, pero suena

Suno y Udio ya enfrentan demandas por usar música protegida sin licencia. ElevenLabs ha optado por acuerdos contractuales, pero la polémica no se disipa. Desde la ASCAP se advierte que estas tecnologías, sin claridad total, pueden recortar los ingresos de quienes componen. El marco legal todavía no afina del todo.

Útil, sí. Pero con condiciones

El servicio apunta a creadores independientes, agencias, estudios pequeños. Música a medida, rápida, sin fricciones legales. Pero la promesa total solo se cumple con acceso premium. Para quienes trabajan con márgenes ajustados, la frontera entre herramienta liberadora y opción limitada aún no está del todo clara.

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