Skip to main content

En un giro significativo dentro de la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China, NVIDIA anunció este 16 de julio de 2025 la reanudación de las ventas de sus chips H20 al mercado chino. Este anuncio, inicialmente impulsado por presiones comerciales centradas en minerales de tierras raras, marca una nueva fase en la política tecnológica de EE. UU., en la que el control del acceso a chips y recursos críticos confluyen en una estrategia geopolítica cada vez más compleja.

Chips con freno, pero con destino

Según la secretaria de Comercio estadounidense Howard Lutnick, la decisión forma parte de las negociaciones entre ambas potencias por el suministro de tierras raras, elementos esenciales para la fabricación de baterías y tecnología industrial avanzada. Aunque los H20 son versiones «limitadas» de los chips H100 de mayor rendimiento, siguen siendo valiosos para alimentar arquitecturas de inteligencia artificial populares en China.

Un veto costoso que obligó a mover fichas

La compañía ya había registrado pérdidas millonarias tras el veto inicial en abril, cuando el anterior gobierno restringió las ventas argumentando razones de seguridad nacional. Esta decisión había generado una depreciación en inventario por unos 5 500 millones de USD. Sin embargo, la movilización del CEO Jensen Huang, así como el desarrollo de un chip alternativo (RTX Pro), presionaron al Ejecutivo estadounidense para revertir la medida, esgrimiendo perjuicios económicos y estratégicos para la industria.

Tierra rara, moneda de cambio habitual

Este movimiento ha sido ampliamente interpretado como una consecuencia directa del auge en las negociaciones sobre minerales críticos. China domina la producción mundial de tierras raras, y Estados Unidos necesita asegurar ese suministro, lo que presiona a Washington a aliviar restricciones a cambio de mayores abastecimientos. Para muchos analistas, este intercambio revela la fragilidad de las políticas de control de exportaciones y la complejidad de una estrategia que privilegia el acceso a recursos naturales estratégicos sobre la contención tecnológica.

IA china, chips estadounidenses

En Beijing, Huang celebró el anuncio y reconoció que algunos modelos chinos de IA son “de clase mundial”, mostrando una postura conciliadora hacia el sector chino. Empresas nacionales como ByteDance, Tencent y Alibaba se encuentran entre las primeras interesadas en adquirir los chips, que encajan con sus ambiciosos proyectos de inteligencia artificial.

Críticas desde dentro en plena guerra arancelaria

No obstante, en Washington crecen las voces críticas. El congresista Raja Krishnamoorthi alertó que la venta de chips, incluso con capacidades reducidas, podría fortalecer el desarrollo militar chino, contradiciendo la intención original de las restricciones. El debate se intensifica, especialmente porque esta apertura se da en pleno reajuste de la guerra arancelaria: EE. UU. elevó aranceles al 145 % y China respondió con contramedidas propias.

La IA como tablero de negociación global

Este episodio subraya la naturaleza de una «guerra fría de la IA», donde la supremacía tecnológica depende tanto de los chips como de los minerales que los hacen posibles. En poco tiempo, EE. UU. ha pasado de intentar estrangular el progreso de IA en China a facilitarlo, a cambio de tierras raras. El resultado: un equilibrio frágil entre seguridad nacional, influencia económica y rivalidad tecnológica.

Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.

Dejar un comentario