Skip to main content

En el congreso ISTE de Denver, Google desplegó más de treinta herramientas de inteligencia artificial pensadas para profesores y alumnos. La suite —bautizada Gemini for Education— llega sin coste adicional a todas las cuentas de Workspace for Education y promete transformar cada fase del aprendizaje, de la planificación de una lección a la corrección de cuestionarios.

Un anuncio con treinta piezas de IA

La compañía presentó un repertorio diverso de funciones como la integración directa de Gemini en Google Classroom para generar recursos y planificaciones al instante, un lector automatizado que detecta errores de entonación mientras los alumnos leen en voz alta, y los nuevos «Gems»: asistentes conversacionales entrenados con los materiales propios del curso, capaces de responder preguntas o proponer actividades. Todo esto funciona sobre Gemini 2.5 Pro, el modelo de lenguaje que Google describe como adaptado a principios de ciencia del aprendizaje, y que ahora se incluye sin coste adicional en la consola de administración de Workspace educativo.

El profesor gana minutos

Las funciones buscan talar tareas repetitivas. Desde una ventana de Classroom, el docente pide al sistema un listado de vocabulario con ejemplos, un esquema para la próxima unidad o un cuestionario autocorregible; el resultado aparece en segundos y puede exportarse a Forms o Docs. Para las clases de lengua, la lectura guiada de «Read Along» ofrece retroalimentación en tiempo real y detecta tropiezos de pronunciación.

Datos blindados y mando a distancia

La empresa insiste en el relato de “IA responsable”. Todo chat queda bajo el paraguas de un servicio central de Workspace y no se emplea para entrenar modelos. El panel de administración permite bloquear Gemini a grupos concretos, registrar conversaciones en Vault y exigir el doble check de fuentes cuando el estudiante pide datos de actualidad. El paquete llega con el sello de privacidad de Common Sense Media y auditoría externa según la norma FERPA (Family Educational Rights and Privacy Act) de Eestados Unidos.

Entre pizarrones y algoritmos, viejas preguntas

La llegada de chatbots propios de Google no borra las dudas que ya generan ChatGPT o herramientas de terceros: cómo distinguir un trabajo original de un texto sintético, qué pasa con la autoría, o cuánto margen queda para el error productivo —ese instante en que el alumno se equivoca y aprende. Universidades estadounidenses han admitido que los detectores de IA fallan una de cada cuatro veces, mientras las escuelas secundarias improvisan códigos de honor y tutorías presenciales.

Piezas que encajan: NotebookLM y Vids

Gemini no viaja solo. NotebookLM, asistente que resume documentos, incorpora ahora Video Overviews, que convierte un dosier en cápsulas con voz y gráficos en minutos. Google Vids, por su parte, se abre a todo Workspace educativo para elaborar presentaciones narradas. La idea es que cada bloque —texto, audio, vídeo— pueda generarse o refinarse dentro del mismo ecosistema y compartirse mediante Classroom o, fuera de él, con integraciones en PowerSchool y Canvas.

Un cierre todavía abierto

La apuesta de Google utiliza la escuela como un campo de pruebas para la IA. El curso que arranca en septiembre dirá si las “Gems” se convierten en ayudantes discretos o en ruido superpuesto a la voz del docente. Por ahora, la tiza convive con el algoritmo; el resultado dependerá de quién sostenga la pizarra y quién haga la última pregunta.

Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.

Dejar un comentario