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En medio del debate sobre qué queda de la web abierta, Google ha anunciado un conjunto de herramientas y alianzas para reforzar su buscador como puente hacia contenidos originales. La empresa intenta responder a una doble presión: por un lado, los usuarios que buscan respuestas inmediatas; por el otro, los editores que reclaman visibilidad y retorno. El resultado es una serie de cambios que afectan desde los resultados de búsqueda hasta cómo se presentan los enlaces dentro de sus respuestas generadas por inteligencia artificial.

Elegir a quién leer (y que eso tenga impacto)

Una de las novedades principales es la expansión de «Preferred Sources», una función que permite seleccionar medios favoritos para que aparezcan más arriba en los resultados de noticias. Estará disponible a nivel global en los próximos meses y busca reforzar la relación entre lector y editor. Según Google, los sitios marcados como preferidos reciben casi el doble de clics en promedio.

El gesto es simple, pero no menor, dar al usuario la capacidad de priorizar fuentes también significa redistribuir tráfico en un entorno donde cada clic cuenta. Y para muchos medios, esos clics son lo que permite seguir publicando.

Contenido de pago, pero visible

Otra modificación apunta a los contenidos con suscripción. En productos como Gemini o las experiencias de búsqueda con IA, los usuarios verán carruseles especiales con enlaces a artículos que solo pueden leerse si se está suscrito. Si el usuario ya tiene acceso, esos resultados se mostrarán con más visibilidad.

La medida responde a una vieja petición del sector editorial, que los algoritmos no se queden con fragmentos, sino que reconozcan el valor de un artículo completo y ayuden a encontrarlo, aunque esté detrás de un muro de pago.

IA que enlaza, no reemplaza

Las respuestas generadas por inteligencia artificial en el buscador también han cambiado. Ahora incluyen más enlaces directos a las fuentes y explicaciones breves sobre su relevancia. Google dice que así se facilita la exploración, no solo la respuesta rápida.

Además, la herramienta experimental Web Guide se ha actualizado. Agrupa enlaces en bloques temáticos para consultas amplias, como «cómo empezar a correr» o «ideas para reformar una cocina». Según Google, ahora funciona el doble de rápido y aparecerá con más frecuencia para quienes participan en la prueba.

Alianzas con editores: no solo enlaces

Google también ha lanzado un programa piloto con medios de todo el mundo. Participan desde El País o Der Spiegel hasta publicaciones en Asia y América. No se trata solo de priorizar enlaces, el proyecto explora cómo presentar noticias con nuevos formatos (audio, datos en tiempo real, resúmenes editoriales) integrados en experiencias de IA. Es un experimento sobre cómo generar audiencias más comprometidas sin romper el vínculo con el medio original. Algo que, en el actual paisaje digital, es más frágil de lo que parece.

Bajo la lupa europea

Estas novedades no llegan solas. En Europa, Google enfrenta una investigación antimonopolio por el uso de contenidos ajenos en funciones de IA. La Comisión Europea estudia si las nuevas formas de búsqueda con inteligencia artificial restan tráfico a los editores, o si, como sostiene Google, pueden ser herramientas para descubrir más y mejor. En este contexto, cada cambio en cómo se enlaza o se muestra un resultado tiene peso. Lo que está en juego no es solo la experiencia del usuario, sino el equilibrio entre tecnología, información y sostenibilidad editorial.

Un punto intermedio entre la velocidad y la autoría

Con estas medidas, Google intenta trazar una línea media, que la IA sea rápida, sí, pero que no opaque a quien escribe. Que el lector tenga respuestas, pero también caminos para profundizar. Y que los enlaces, lejos de ser accesorios, vuelvan a ser el eje que sostiene la web.

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