Joan Alegret empezó en logística, pasó por el sector financiero, lideró equipos de IA en Europa y hoy diseña videojuegos que se leen como novelas. Es CTO de Eshodo, un estudio independiente de Barcelona especializado en visual novels, historias interactivas donde cada decisión altera el curso de la trama.
El pasado martes 14 de octubre, Joan Alegret participó en el IA Hub Barcelona, la tercera charla de la temporada organizada quincenalmente los martes. Compartió cómo la inteligencia artificial les permite acelerar la fase de prototipado en Eshodo, sin perder el sello creativo que define sus videojuegos. Y después des de Paréntesis Media pudimos conversar con él.
No es magia, es compañía
“La usamos para proponer caminos, no para construirlos desde cero”, dice Alegret. En Eshodo, los guiones no salen de un prompt milagroso. Hay una idea inicial, humana claro, y la IA sirve como contrapunto para hacer preuba y error, para sugerir ramificaciones, cambiar el tono, o plantear giros. Los juegos funcionan como los viejos libros de “Elige tu propia aventura”, pero con música, voces, escenarios en movimiento. Cada elección abre una ruta. Cada escena, una posibilidad.
La imagen también se genera en términos parecidos. Con entrenamiento, no con azar. Un personaje como Cassie parte siempre de un boceto hecho por un diseñador del equipo. A partir de ese estilo base, la IA se entrena para generar nuevas escenas con coherencia cómo Cassie en una playa, en un estadio, en mitad de una tormenta. La imagen que produce no se usa tal cual, pero sirve como borrador útil. El acabado final, como siempre, es trabajo humano y pasa por las manos de los diseñadores.
Lo que no vibra, no conecta
“Un juego hecho solo por IA se nota. No tiene pulso. En Steam (plataforma dónde todo el mundo puede poner sus juegos) hay miles y ninguno funciona.» Falta algo. Falta criterio. No es una cuestión de guion, sino de intención. “Igual que una pintura te puede emocionar, un juego diseñado por un humano tiene algo que yo le llamo alma o corazón, por decirlo de alguna manera, pero la IA te generará una imagen que será el resultado de una combinatoria de datos, y eso a la gente no le convence”.
Código con ritmo, no solo con lógica
Uno de los campos donde la IA está avanzando mucho, es en el de la programación. Joan sin embargo, cree que no va a acabar con ellos. “La IA no va a sustituir a todos los programadores”, dice. Pero puede ayudar. Automatiza lo tedioso, reduce errores, propone funciones. Aun así, en proyectos complejos, la diferencia estética importa. “Dos códigos pueden hacer lo mismo. Pero un programador sabe cuál está bien hecho. La IA, todavía, no”. Hay elecciones que no se razonan, se intuyen. Y eso, por ahora, no se entrena.
Lo que deslumbra también desgasta
El otro lado de la IA es lo que consume. Energía, servidores, atención. “Hay una carrera mundial por ser el primero en sacar la siguiente gran IA y eso tiene un coste brutal”. Joan menciona que ya se están explorando soluciones para reducir el impacto. Pero también reconoce que los límites son pocos. «Habría que llegar a algún acuerdo para limitar los recursos que se consumen, ahora mismo no lo hay y se debería limitar a las grandes empresas».
El pulso que no se automatiza
Joan lo resume con una idea clara: “Puedes generar muchos videojuegos con IA, pero si no hay un trabajo humano detrás, difícilmente van a conectar con la gente. La diferencia no es tecnológica, es emocional”. Lo que distingue un juego no es la tecnología, sino la intención. Y eso, por ahora, no lo automatiza nadie.
Joan Alegret protagonizó la tercera charla del IA Hub Barcelona, un ciclo de encuentros que se celebra cada dos semanas. La próxima será el 28 de octubre. Todas las sesiones anteriores están disponibles en su web y pronto arrancarán una serie de masterclases centradas en herramientas concretas de IA.
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