Andrew Tulloch ha dejado Thinking Machines Lab para regresar a Meta. El movimiento no solo marca el retorno de un veterano a su antigua casa, sino que pone de relieve la creciente competencia por el talento en inteligencia artificial.
Un regreso con peso específico
Tulloch fue uno de los fundadores de Thinking Machines Lab, una startup que atrajo atención desde su nacimiento en febrero de 2025. Junto a Mira Murati, exdirectora técnica de OpenAI, lideró un equipo compuesto por investigadores de primer nivel. Antes de la aventura emprendedora, Tulloch ya había trabajado más de una década en Meta, además de haber pasado por OpenAI. Su marcha se justificó de forma escueta: «motivos personales».
Por ahora, Meta no ha detallado cuál será su nuevo puesto. Pero su fichaje refuerza la idea de que los grandes grupos tecnológicos siguen moviendo fichas para controlar el desarrollo de la IA de próxima generación.
Qué buscaba Thinking Machines
La startup nació con la propuesta de hacer los sistemas de IA más personalizables, comprensibles y potentes. En julio de 2025, apenas cinco meses después de su fundación, recibió una inyección de 2.000 millones de dólares, alcanzando una valoración estimada de 12.000 millones. Su primer producto fue Tinker, una API que permite ajustar modelos de lenguaje abiertos para adaptarlos a contextos específicos. Una herramienta pensada para quienes buscan precisión sin tener que entrenar modelos desde cero.
La danza de las cifras y los incentivos
Antes de que se concretara su salida, circuló una supuesta oferta de hasta 1.500 millones de dólares por parte de Meta para atraer a Tulloch. La cifra fue desmentida por la propia compañía, que la calificó de «ridícula» y explicó que las condiciones dependen del rendimiento accionario. Según Axios, el acuerdo actual sería menos generoso que aquel rumor inicial. Más allá del monto, el movimiento encaja en una estrategia más amplia, Meta ha intensificado sus esfuerzos por captar talento senior en IA, incluso si eso implica fichar directamente de startups rivales.
Las piezas se mueven
El regreso de Tulloch a Meta nos vuelve a demostrar que la carrera por liderar la próxima generación de IA no se juega solo con algoritmos, sino también con nombres propios. En este tablero global, cada fichaje es un movimiento que puede redefinir la partida. Thinking Machines deberá demostrar ahora que su hoja de ruta no dependía de una sola firma.
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