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Microsoft acaba de abrir una puerta nueva en su suite Office. Una que no lleva a una herramienta más rápida, sino a una forma distinta de trabajar, delegando. Word y Excel estrenan «modo agente» y PowerPoint puede montarse solo con un comando. Le llaman «vibe working».

No es sugerencia: es acción encadenada

El nuevo Agent Mode va más allá del Copilot que ya se conoce. No propone, ejecuta. Divide una tarea compleja en pasos, los interpreta y los lleva a cabo. Como una macro, sí, pero con comprensión del lenguaje y contexto. En Excel, genera hojas con cálculos, visualizaciones y estructuras completas. En Word, redacta borradores que luego afina contigo, a golpe de conversación. Y en PowerPoint, basta una frase para que el agente te entregue una presentación con guion incluido. Hay dos niveles, los agentes dentro de Word y Excel (que viven dentro de cada app), y un Office Agent más general, integrado en el chat de Copilot. Este último no se casa con ninguna aplicación, recibe instrucciones y decide dónde y cómo construir.

De la macro al consultor junior que nunca duerme

La idea de fondo es que no haga falta saber fórmulas, ni estructuras, ni formatos. Basta con saber qué quieres. Como con los asistentes que generan código sin teclear una línea, aquí se trata de generar documentos sin abrir una plantilla. “Vibe writing”, lo llaman.

El agente debe comportarse como ese primer consultor que arma lo básico antes de la revisión, rápido, funcional, sin esperar perfección. Sirve para informes, análisis, presentaciones.

Qué sabe, qué usa, qué puede hacer

En las pruebas SpreadsheetBench, el agente de Excel acierta en el 57,2 % de los casos. No es poco, supera a opciones basadas en ChatGPT o Claude, aunque queda por debajo del 71,3 % de los humanos. Aun así, su rendimiento ya lo pone en juego real. Por ahora, el acceso es limitado, solo disponible en la versión web, solo en Estados Unidos, solo para quienes estén en el programa Frontier o tengan suscripciones específicas de Microsoft 365. En cuanto a motores, Word y Excel siguen usando modelos de OpenAI. Pero el Office Agent —el del chat— funciona con modelos de Anthropic, desplegados en servidores de Amazon Web Services. Una alianza con varias capas.

Qué se ve, qué no, qué inquieta

Microsoft afirma que los pasos del agente son visibles y trazables. Que uno puede seguir lo que hace. Pero en entornos donde cada cambio debe auditarse, ese seguimiento necesita más que promesas,  necesita estructura. Hay también una cuestión de mezcla. ¿Cómo se coordinan modelos distintos (OpenAI y Anthropic) dentro del mismo ecosistema? ¿Qué ocurre cuando los estilos o respuestas no coinciden? Hoy, eso queda detrás del telón.

Y está la cifra, 57,2 % de precisión. ¿Basta para confiarle un presupuesto? ¿Un informe para dirección? Cada usuario decidirá su margen de riesgo.

El entorno ya existe, solo faltaba el operador

Google tiene Duet AI, Salesforce tiene Einstein. Pero Office tiene la ventaja de estar ya instalado. Si estos agentes se integran bien con las estructuras que las empresas usan —las macros, los flujos, las plantillas heredadas—, pueden pasar de curiosidad a costumbre sin levantar sospecha. No es una herramienta más, es otra forma de empezar. Antes se abría Word con una idea. Ahora puede bastar con una frase. Y esperar.

Un cambio que empieza por los márgenes

Por ahora, este agente trabaja solo para unos pocos. Pero marca una dirección, menos barreras, menos necesidad de saber cómo se hace algo. Basta con pedirlo. La pregunta no es si escribir o calcular será más fácil. La pregunta es cuándo dejaremos de hacerlo nosotros.

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