El asistente de Mistral AI amplía sus capacidades con una memoria selectiva y una caja de herramientas que conecta con plataformas de trabajo. Lo hace con dos novedades: un sistema de recuerdos que no lo apunta todo y más de veinte conectores MCP que integran Le Chat en el día a día de las empresas. La apuesta es ser útil sin invadir.
Un lenguaje común entre IA y oficina
Le Chat ya no es solo un chatbot. Desde esta semana, puede enlazarse con plataformas como GitHub, Notion, Stripe o Asana para extraer datos, resumir tareas o ejecutar acciones sin salir del asistente. Todo gracias a los nuevos conectores MCP, una suerte de enchufe digital diseñado para hablar con múltiples servicios sin perder contexto. Funciona con más de veinte integraciones iniciales y permite a las empresas añadir las suyas, con control granular sobre quién puede usar qué. El protocolo que lo hace posible —Model Context Protocol— se abre camino como estándar para conectar IAs con fuentes externas, sin necesidad de programar desde cero cada vínculo.
Introducing 20+ connectors powered by MCP and a fully controllable Memory in Le Chat—making it one of the most connected and relevant AI assistants for enterprises and consumers.
Why switch to Le Chat? A 🧵 pic.twitter.com/7HjXEidOC2
— Mistral AI (@MistralAI) September 2, 2025
Una memoria que sabe olvidar
Junto a los conectores, Mistral estrena Memories, una función que permite al asistente recordar ciertos datos del usuario. No lo recuerda todo. Solo lo esencial: una preferencia, un dato frecuente, una instrucción habitual. Lo demás se borra o nunca llega a guardarse. El usuario elige qué permanece, qué se elimina o qué se edita.
Este enfoque evita el efecto diario íntimo. Aquí no hay una libreta con cada consulta almacenada. Más bien, una memoria selectiva, práctica, que se comporta como quien escucha con atención pero no graba. Desde la configuración, además, se puede importar lo aprendido desde ChatGPT.
Un 86 % de precisión (y margen de mejora)
Según Mistral, la función de memoria acierta en un 86 % de los casos al recuperar lo que el usuario necesita. No es infalible, pero se acerca. Y lo hace con la premisa de solo recordar si el usuario lo permite. Este “opt-in” no es decorativo. Está diseñado para alinearse con las normativas europeas y evitar el recuerdo automático que otros modelos aún aplican. El usuario puede ver qué se guarda, modificarlo y, si lo prefiere, empezar de cero. Esa transparencia es parte de la apuesta de Mistral por una IA que acompaña, pero no vigila.
Lo que abre una puerta, también puede dejarla entreabierta
La integración con plataformas externas plantea el escenario de la seguridad. Investigaciones recientes advierten que uno de cada diez conectores MCP puede presentar vulnerabilidades. Usar varios amplifica ese riesgo. La inyección de comandos maliciosos o el acceso no autorizado a datos son amenazas conocidas. En paralelo, la memoria también puede ser atacada. Si un actor externo logra modificar lo que recuerda el asistente, puede interferir en su comportamiento o exponer datos delicados. Aquí, el equilibrio es frágil y más personalización implica más superficie vulnerable.
Una memoria con freno
Mientras otros asistentes de IA avanzan hacia modelos cada vez más persistentes, Le Chat propone lo contrario, una memoria con límites. Una herramienta que se adapta al usuario sin absorberlo. En ese gesto, hay algo de estrategia y algo de política de diseño. Recordar menos, pero mejor. Recordar solo si conviene. Y olvidar cuando toca.
Lo que queda y lo que se borra
Le Chat se posiciona como un asistente útil en lo cotidiano, capaz de conectarse con las plataformas del trabajo diario y recordar lo justo para no incomodar. No se trata de tener buena memoria, sino de saber usarla. Como quien toma nota mental de lo importante y deja pasar lo demás. El reto está en que esa selección no se vuelva un descuido. Ni una grieta.
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