Durante la última semana, el CEO de Nvidia, Jensen Huang, ha visitado Londres, París y Berlín para reunirse con líderes europeos y promover la idea de una “IA soberana”. La propuesta, centrada en el desarrollo de infraestructura propia para inteligencia artificial dentro de la Unión Europea, ha recibido el respaldo público de los jefes de gobierno de Reino Unido, Francia y Alemania.
Los gobiernos europeos responden con dinero y alianzas
El mensaje de Huang ha calado. El primer ministro británico, Keir Starmer, anunció el 10 de julio una inversión de 1.000 millones de libras destinada a multiplicar por veinte la capacidad de supercomputación del Reino Unido. En sus palabras, el objetivo es que el país “deje de ser un consumidor de IA y se convierta en creador”.
En París, durante el evento VivaTech del 11 de junio, el presidente Emmanuel Macron afirmó que “la infraestructura de IA es una batalla por la soberanía”, y destacó la alianza entre Nvidia y la startup francesa Mistral AI, que construirá un centro de datos con 18.000 chips Blackwell, la arquitectura más avanzada de Nvidia.
En Alemania, el canciller Friedrich Merz confirmó el inicio de un proyecto conjunto entre Deutsche Telekom y Nvidia para desarrollar una plataforma industrial de IA en la nube, basada en más de 10.000 GPUs. El plan contempla también la expansión de centros tecnológicos en siete países europeos.
Un plan europeo a gran escala
Estas iniciativas se suman al anuncio realizado en febrero por la Comisión Europea, que prevé la construcción de cuatro “gigafactorías de IA” en suelo europeo con una inversión total de 20.000 millones de dólares. El proyecto busca reforzar la autonomía digital del continente y reducir la dependencia de infraestructuras estadounidenses o chinas.
¿Qué significa realmente la “IA soberana”?
El término hace referencia a la capacidad de un país o región para desarrollar y controlar su propia IA, sin depender de tecnologías o plataformas extranjeras. Supone tener autonomía sobre los datos, los algoritmos, el idioma y los valores que se integran en los sistemas automatizados.
Europa quiere evitar depender de gigantes como Google o Microsoft, y busca que la IA que se use en el continente responda a sus propios principios culturales, sociales y políticos. La soberanía digital implica no solo innovación, sino también independencia estratégica.
Por eso, que Nvidia —una empresa estadounidense— sea pieza central en esta infraestructura abre un debate sobre si esta independencia es real o simplemente una forma más sutil de dependencia.
Retos estructurales y dependencia tecnológica
Europa enfrenta costes energéticos significativamente más altos que Estados Unidos o Asia, lo que complica la viabilidad económica de los centros de datos a gran escala. Además, mientras empresas como Google o Microsoft invierten más de 10.000 millones de dólares por trimestre en IA, las startups europeas apenas alcanzan los mil millones en rondas de financiación.
El ecosistema técnico también plantea dudas: muchos de los nuevos centros estarán basados en plataformas propietarias de Nvidia, como CUDA, lo que podría limitar la capacidad de Europa para operar de forma plenamente autónoma a largo plazo.
Un futuro en construcción
Con esta ofensiva, Nvidia consolida su papel como proveedor estratégico de infraestructuras digitales en Europa, mientras la región intenta acelerar su camino hacia una inteligencia artificial propia, localizada y menos dependiente del exterior.
Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.