Peter Thiel, cofundador de Palantir y destacado inversor en Silicon Valley, ha generado controversia al afirmar que la regulación gubernamental de la inteligencia artificial (IA) y el progreso científico podría ser equivalente al advenimiento del Anticristo bíblico. Estas declaraciones fueron realizadas durante una serie de conferencias religiosas en San Francisco organizadas por Acts 17 Collective, una organización cristiana sin fines de lucro que busca guiar espiritualmente a profesionales de la tecnología.
En sus intervenciones, Thiel argumentó que un gobierno mundial autoritario que impusiera regulaciones estrictas sobre la ciencia y la tecnología representaría la llegada del Anticristo, tal como se describe en las escrituras cristianas. Según su interpretación, este régimen totalitario surgiría bajo la premisa de garantizar la paz y la seguridad globales, pero en realidad restringiría la innovación tecnológica y aceleraría la destrucción de la civilización. Thiel vinculó esta visión a riesgos existenciales como la guerra nuclear, desastres climáticos y armas autónomas impulsadas por IA.
Además, Thiel sugirió que Estados Unidos podría ser el escenario donde se materialice este fenómeno, al ser tanto el epicentro de la globalización como del rechazo a la misma. En este contexto, mencionó que el presidente de Estados Unidos podría desempeñar el papel de «katechon«, una figura que en la teología cristiana detiene la llegada del Anticristo, o bien, podría convertirse en el propio Anticristo si las circunstancias lo permitieran.
Estas ideas no son nuevas para Thiel; ya había discutido conceptos similares en un podcast con la Hoover Institution, donde presentó su «tesis especulativa» sobre cómo la tecnología humana ha alcanzado un punto en el que podría causar la destrucción global y civilizacional. En ese contexto, advirtió que temer o regular la inteligencia artificial o cualquier otro avance tecnológico podría acelerar la llegada del Anticristo.
La serie de conferencias de Thiel ha sido interpretada por algunos como una profundización de sus puntos de vista desde una perspectiva especulativa hacia una más doctrinal. Algunos críticos han señalado que estas declaraciones podrían reflejar una tendencia más amplia entre ciertos multimillonarios tecnológicos que promueven ideologías autoritarias, como el movimiento conocido como «Dark Enlightenment» o «Iluminismo Oscuro«, que aboga por reemplazar la democracia por un gobierno corporativo dirigido por una élite cognitiva.
En resumen, las recientes declaraciones de Peter Thiel han reavivado el debate sobre la relación entre la tecnología, la política y la religión, planteando preguntas sobre los límites de la regulación en el ámbito de la inteligencia artificial y el papel de las creencias personales en la configuración de políticas públicas.
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