ChatGPT responde preguntas, resume artículos, escribe código y hasta da consejos de viaje. Pero si le preguntas la hora, empieza el tropiezo. A veces dice que no lo sabe. A veces lo inventa. Y si insistes, puede cambiar de versión en cuestión de segundos. Como si tuviera todo menos lo más básico: un reloj.
No es olvido, es diseño
ChatGPT no está conectado a un reloj del sistema. No vive en tiempo real. Funciona como un generador de lenguaje que predice palabras en función del contexto. No sabe qué día es, ni mucho menos qué hora. Salvo que alguien se lo diga. Por eso, cuando alguien le pregunta «¿Qué hora es?», la respuesta depende de si el sistema en el que se ejecuta —por ejemplo, una app o una web— le ha dado acceso a ese dato. Si no, improvisa. No miente, rellena un hueco con lo que puede.
A veces acierta, pero no lo sabe
En algunas versiones de ChatGPT, como las que tienen búsqueda web activada o funcionan en escritorio con acceso al sistema, el modelo puede consultar la hora real. Pero eso no siempre ocurre. Y lo más importante, el modelo no sabe si está usando una hora real o una inventada. No distingue una fuente fiable de una suposición. No tiene forma de saber si acierta.
Por qué no se ha corregido
OpenAI ha explicado que darle acceso constante a la hora supondría sobrecargar el modelo con datos que cambian cada segundo. Y eso afecta a su rendimiento. La «ventana de contexto» —el espacio donde recuerda lo que pasa en la conversación— es limitada. Si se llena con datos volátiles, se pierden referencias importantes. El resultado entonces, es un modelo brillante que, si se le pregunta la hora varias veces en una misma sesión, puede dar respuestas distintas. No es un error, es una decisión técnica.
Saber la fecha, mucho más fácil
La mayoría de implementaciones sí incluyen la fecha en el mensaje inicial con el que arranca cada conversación. Por eso ChatGPT puede decir qué día es, aunque esa información no se actualice sola. Si retomas una sesión después de varios días, seguirá creyendo que está en el día anterior.
Los otros sí pueden
Siri, Google Assistant o Alexa sí tienen acceso directo al sistema donde viven. Por eso pueden decir la hora como cualquier otra app del teléfono. La diferencia está en el tipo de tecnología, ellos son asistentes integrados. ChatGPT es un modelo de lenguaje. Y eso lo cambia todo.
Lo que parece simple y no lo es
Que una IA capaz de programar o explicar física cuántica no sepa dar la hora parece absurdo. Pero no es un fallo, es una pista. No estamos hablando con una conciencia digital, sino con una herramienta sofisticada que genera texto, no verdades. Esa diferencia —entre lo que esperamos y lo que realmente hace— explica muchas de las sorpresas que aún nos da.
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