En cuestión de días, The Velvet Sundown pasó de no existir a acumular más de 550.000 oyentes mensuales en Spotify. Un grupo ficticio, completamente creado con inteligencia artificial, que ha logrado hacer lo que miles de músicos humanos sueñan cada día: sonar en todo el mundo, tener múltiples discos publicados y llamar la atención de la prensa musical.
No hay nadie detrás del micrófono, ni ensayos, ni giras. Todo: sus voces, las letras, las imágenes, su presencia en redes, ha sido generado por algoritmos. Y sin embargo, suena bien. ¿Qué significa esto para la música en 2025?
Los rostros del algoritmo
La banda se presenta como un cuarteto de rock psicodélico: Gabe Farrow, Lennie West, Milo Rains y Rio Del Mar. Pero ninguna de estas personas existe. Sus fotos, publicadas en Instagram, revelan detalles típicos de imágenes generadas por IA: rostros con simetría excesiva, dedos mal formados, posturas imposibles. En una imagen particularmente viral, los cuatro aparecen sosteniendo hamburguesas… pero sin pulgares.
Su estilo musical recuerda a un eco de los años setenta, con sintetizadores y reverberaciones nostálgicas. Pero la nostalgia también parece fabricada. Como dijo un usuario en Reddit: “suena como un recuerdo que alguien te está implantando”.
¿Un experimento o una provocación?
El lanzamiento de sus álbumes, dos en junio, uno previsto para julio, no vino acompañado de entrevistas, videoclips ni conciertos. Todo ocurre dentro del entorno digital. Algunas plataformas como Deezer ya marcan sus pistas con una etiqueta de “IA”, pero Spotify, donde han acumulado la mayoría de sus escuchas, permanece en silencio.
¿Estamos ante un experimento de marketing encubierto? ¿Una crítica artística? ¿O simplemente el siguiente paso lógico en un ecosistema musical dominado por algoritmos?
Las reglas del juego han cambiado
La cuestión más inquietante no es cómo se ha creado esta música, sino cómo ha llegado hasta nosotros. Si Spotify favorece contenido generado automáticamente, ¿qué espacio queda para músicos que luchan por una mínima visibilidad? ¿Puede la IA replicar no solo el sonido, sino también el aura de autenticidad que tanto valoramos en un artista?
Algunos aplauden la calidad sonora de The Velvet Sundown, otros lo ven como una amenaza directa. Lo que está claro es que el fenómeno abre un nuevo frente en el debate sobre creatividad, derechos de autor y la función curatorial de las plataformas.
El espejo de una industria automatizada
The Velvet Sundown no es un caso aislado. Es el síntoma más llamativo de una tendencia que avanza: productores que usan modelos generativos para crear canciones enteras en minutos, sellos que automatizan procesos creativos, y plataformas que optimizan su catálogo para retención más que emoción. Lo que antes era una herramienta para facilitar el trabajo creativo, ahora se convierte en el autor principal. Y aunque esta banda sea una ficción deliberada, muchas otras podrían estar surgiendo sin que nadie lo note, camufladas entre las listas de reproducción.
Abre un paréntesis en tus rutinas. Suscríbete a nuestra newsletter y ponte al día en tecnología, IA y medios de comunicación.