En una nave rumbo a Marte, un dolor abdominal puede ser más inquietante que cualquier tormenta solar. No hay médico a bordo, solo compañeros y un retardo de comunicación que convierte las consultas en cartas lanzadas al vacío. Para ese escenario, NASA y Google afinan un médico asistente que escucha, interpreta y responde. No respira, pero podría salvar vidas.
Una voz clínica en gravedad cero
El Crew Medical Officer Digital Assistant (CMO-DA) es un sistema que entiende preguntas en lenguaje natural y devuelve algo más que respuestas, desde hipótesis hasta diagnósticos posibles o protocolos de actuación. Usa modelos de IA entrenados con manuales y estudios médicos espaciales, y funciona en la plataforma Vertex AI de Google Cloud, adaptada para operar sin la constante línea de vida con la Tierra.
Lo que promete (cuando no hay margen de error)
La idea es que la tripulación pueda gestionar emergencias sin esperar a Houston. El asistente toma datos clínicos en tiempo real —síntomas, constantes, imágenes— y propone rutas de acción. En un vuelo real, esa rapidez podría ser la diferencia entre estabilizar a alguien… o que el viaje se convierta en un memorial.
Simular antes de despegar
Las primeras pruebas fueron un laboratorio cerrado. Tres casos clínicos simulados (lesión de tobillo, dolor de oído y dolor abdominal). El sistema acertó en un 88 % de diagnósticos de tobillo, 80 % en oído y 74 % en abdominal. Para evaluarlo, usaron el método OSCE, habitual en la formación médica, pero con un guion adaptado al contexto espacial.
Alimentado con conocimiento de otro planeta
La base de datos no es génerica e incluye guías médicas adaptadas a microgravedad, alteraciones fisiológicas por viajes largos y limitaciones de instrumental. NASA conserva el código y participa en el ajuste de los modelos; Google aporta la infraestructura y la capacidad de procesar toda esa información a bordo.
Cuando el porcentaje aún no basta
Un 74 % de acierto en casos abdominales es un número que, en un hospital, puede servir como referencia… pero en el espacio, donde no hay segunda opinión en persona, puede ser insuficiente. El objetivo es llevar esa precisión a niveles que permitan misiones de meses o años sin sacrificar seguridad.
Una tendencia que no deja de crecer
No es la primera vez que se busca autonomía médica en el espacio. Modelos como el Integrated Medical Model ya exploraban cómo resolver emergencias sin médicos presentes. La diferencia es que ahora la IA abre un abanico más amplio y veloz, aunque con cada nueva capacidad exige más validación y más confianza.
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