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WhatsApp, la popular aplicación de mensajería, está a punto de experimentar un cambio significativo con la introducción de anuncios. Esta decisión, tomada por su empresa matriz, Meta, ha vuelto a encender las alarmas sobre la privacidad de los datos de los usuarios, una preocupación recurrente en la historia de la compañía.

Los anuncios se mostrarán exclusivamente en la sección de «Actualizaciones», específicamente en los «Estados» (que funcionan de forma muy similar a las historias de Instagram) y en los canales informativos. Meta ha asegurado que las conversaciones privadas y las llamadas permanecerán libres de publicidad y con cifrado de extremo a extremo, un punto crucial para la confianza de los usuarios.

¿Cómo funcionará la segmentación de los anuncios?

Según Meta, la publicidad se basará únicamente en datos básicos de los usuarios, como el país, el idioma o los canales a los que están suscritos. La compañía insiste en que los mensajes personales no se utilizarán bajo ninguna circunstancia para este fin.

Crecen las dudas sobre la privacidad

A pesar de las garantías de Meta, la noticia ha generado una oleada de preocupación entre los expertos en privacidad. Organizaciones como la Electronic Frontier Foundation (EFF) han declarado que esta nueva función «no genera confianza». El temor subyacente es que, aunque los mensajes no sean directamente leídos, la recopilación de datos de uso representa una forma de rastreo y podría ser el preludio de un uso más amplio e intrusivo de la información de los usuarios en el futuro. Es un precedente que, una vez establecido, podría expandirse fácilmente.

Un historial de controversias que siembra desconfianza

Esta no es la primera vez que Meta intenta monetizar WhatsApp o adaptar sus políticas de datos. En 2018, ya se habló de incluir anuncios, una idea que fue cancelada en 2020 debido a la fuerte oposición. Más recientemente, en 2021, el intento de WhatsApp de compartir más información con Facebook provocó una migración masiva de usuarios a otras plataformas como Signal o Telegram y obligó a Meta a detener la implementación de esa política en Europa.

Estos antecedentes son vitales, ya que demuestran una constante resistencia de los usuarios a cambios que perciben como invasiones a su privacidad, lo que hace que este nuevo lanzamiento de publicidad sea observado con lupa.

La visión de Meta: ¿Un WhatsApp más allá de la mensajería?

Para las empresas, esta novedad es vista como una oportunidad. Podrán promocionar sus canales o incluso monetizar contenido exclusivo. Además, Meta ha anunciado que no cobrará comisiones a los negocios este año, una estrategia clara para atraer a más marcas. La ambición de WhatsApp parece ser emular a aplicaciones como WeChat, donde la mensajería se fusiona con el comercio y una amplia gama de servicios.

Los riesgos y la necesidad de regulación

Sin embargo, los expertos advierten sobre las posibles consecuencias de esta estrategia. Meta ha sido multada en múltiples ocasiones en Europa por no proteger adecuadamente los datos de los usuarios. Además, estudios recientes sugieren que la empresa no informa con la suficiente claridad sobre cómo utiliza los datos para mostrar anuncios.

Esta situación subraya la urgente necesidad de un mayor control regulatorio y leyes más claras que protejan los derechos de los usuarios en el entorno digital. A medida que WhatsApp avanza en su plan de monetización, la tensión entre las necesidades empresariales y la privacidad del usuario permanece en el centro del debate. ¿Logrará Meta esta vez su objetivo sin sacrificar la confianza de millones de usuarios?

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