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En un descubrimiento sin precedentes, investigadores han logrado ubicar la tumba del célebre filósofo griego Platón, un misterio que ha perdurado a través de milenios, gracias a la utilización de técnicas de inteligencia artificial aplicadas a papiros que sobrevivieron la catastrófica erupción del Vesubio hace 2.000 años. Este hallazgo no solo arroja luz sobre la vida y el último reposo de uno de los pensadores más influyentes de la historia sino que también subraya el inmenso potencial de las tecnologías modernas en el campo de la arqueología.

Ubicada en Herculano, la Villa de los Papiros era un lujoso retiro costero enterrado bajo 30 metros de ceniza volcánica tras la erupción del 79 d.C. Durante las excavaciones entre 1750 y 1765, se descubrieron allí 1.785 rollos de papiro, convertidos en frágiles testimonios del pasado. Conservados en la Biblioteca Nacional de Nápoles, estos papiros representaban un enigma debido a su estado cristalizado y frágil, que los hacía prácticamente indescifrables sin sufrir daños irreparables.

La clave para desentrañar los secretos de estos documentos ha llegado de la mano de la inteligencia artificial y técnicas avanzadas como la tomografía de fase de contraste y la microtomografía computarizada de rayos X. Estos métodos han permitido a los investigadores ver más allá de la superficie quemada de los rollos, identificando estructuras internas sin necesidad de desenrollar físicamente los frágiles papiros.

Innovación tecnológica e inteligencia artificial iluminan la antigüedad: descubren la ubicación de la tumba de Platón en papiros sepultados por la erupción del Vesubio.

Un impulso significativo en esta área ha sido el «Desafío del Vesubio», un concurso que ofreció un premio de 700.000 dólares a quien lograra descifrar textos de dos papiros intactos y anteriormente indescifrables. El concurso atrajo a expertos en tecnología y criptografía de todo el mundo, culminando en el descubrimiento de pasajes que hablaban desde detalles mundanos de la vida cotidiana hasta cuestiones filosóficas profundas.

El descubrimiento más sorprendente surgió de uno de estos textos, una obra del filósofo Filodemo de Gádara que contenía referencias directas a la ubicación de la tumba de Platón en los jardines de la Academia de Atenas. Además, el documento ofrece una visión única de las opiniones de Platón sobre diversos temas, proporcionando un contexto invaluable sobre su pensamiento y la sociedad en la que vivió.

Este hallazgo no solo confirma la ubicación de la tumba de Platón, sino que también abre nuevas vías de investigación sobre la vida y obra de otros filósofos antiguos. Proyectos como el «GreekSchools» del Consejo Europeo de Investigación continúan explorando estos papiros con financiación significativa, esperando revelar más textos y datos que puedan reescribir partes de la historia conocida.

El uso de la IA en la arqueología está demostrando ser una herramienta revolucionaria, capaz de proporcionar insights que eran inimaginables hasta hace poco. Este enfoque no invasivo preserva los artefactos frágiles mientras revela detalles ocultos, combinando preservación con descubrimiento.

La recuperación de la tumba de Platón mediante técnicas avanzadas de IA no solo es un triunfo de la tecnología moderna sino también un recordatorio del diálogo continuo entre nuestro pasado y el futuro tecnológico. Esta intersección de la antigüedad y la innovación no solo preserva la historia, sino que también la enriquece, permitiendo que legados como el de Platón continúen iluminando el camino del conocimiento humano.

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